-LOS METALES DE LA ALQUIMIA-
Los metales son nuestros cuerpos internos que deben
Cristificarse con los Elíxires Blanco y Rojo.
EL CUERPO DE LA LIBERACIÓN LO EXTRAEMOS DEL CUERPO FÍSICO
El cuerpo de la liberación no está sujeto ni a las
enfermedades ni a la muerte.
El cuerpo de la Liberación está hecho de carne y hueso,
pero es carne que no viene de Adam, es carne del Cristo Cósmico.
El cuerpo de la Liberación tiene la semblanza del DIVINO
RABÍ DE GALILEA.
El cuerpo de la Liberación es el cuerpo de los Dioses.
Con este cuerpo nos sentamos en el trono de justicia y de
verdad, y así quedamos exaltados como inmortales en Osiris y Horus.
OSIRIS es el INTIMO, "príncipe eterno que cuenta sus
años, que oye a los que se hallan en los estanques, que levanta su hombro
derecho, que juzga a los príncipes celestiales, y que manda a Osiris, (porque
Osiris manda a Osiris, porque los Dioses mandan a los Dioses), ante los
magníficos rectores soberanos que ocupan el sub-mundo".
Hasta el cuerpo físico podemos conservarlo durante largos
Aeones de tiempo, con el Elixir de Larga Vida.
EL CUERPO DE ORO
EL CUERPO DE ORO LO EXTREMOS DEL CUERPO ETÉRICO.
EL CUERPO ETÉRICO: El segundo metal que hay que
transmutar es el cuerpo Etérico.
Este trabajo lo realizamos proyectando nuestros Elixires
Blanco y Rojo sobre este cuerpo.
El Espíritu y el Fuego de la segunda Serpiente, es decir,
LOS DOS ELÍXIRES transmutan el cuerpo Etérico en el SOMA PUCHICON, el cuerpo de
Oro.
Del cuerpo Etérico extraemos EL CUERPO DE ORO, que viene
a compenetrar al CUERPO DE LA LIBERACIÓN.
EL CUERPO ASTRAL
El tercer metal que tenemos que transmutar es el cuerpo
Astral.
Este trabajo lo realizamos con la tercera Serpiente, que
pertenece al cuerpo Astral.
Del cuerpo Astral extraemos un Astral superior, que es el
YO-CRISTO.
ESTE NIÑO DE ORO ES HORUS.
Del cuerpo Astral extraemos EL NIÑO DE ORO DE LA
ALQUIMIA, que viene a reemplazar al cuerpo Astral.
EL CUERPO MENTAL
El cuarto metal que tenemos que transmutar es el cuerpo
Mental, para extraer de este metal la Mente-Cristo.
Así nos entramos en la sala de la doble Maatí, y nos
libertamos de los cuatro cuerpos del pecado.
Del cuerpo Mental extraemos LA MENTE-CRISTO, que viene a
reemplazar al cuerpo Mental.
Del organismo mental solo extraemos la Bella Elena, la
Mente Divina.
La Bella Elena es la mente ígnea del alma que ya se
desposó con su amado eterno, con EL DIOS ÍNTIMO.
La Bella Elena es la mente ardiente del teurgo.
Con esa mente EL TEURGO transmuta el plomo en oro
real y efectivo.
EL CUERPO DE LA CONCIENCIA
El primer metal que transmutamos en oro es el cuerpo de
la Conciencia.
Sobre ese metal proyectamos nuestros Elíxires blanco y
rojo, para transmutarlo EN ORO PURO DEL ESPÍRITU.
Este trabajo se realiza cuando ya hemos levantado nuestra
primera culebra sobre la vara.
Después de tres días, es decir, después que la primera
Serpiente ha atravesado las tres cámaras altas de la cabeza, el cuerpo Buddhico
o cuerpo de la Conciencia se fusiona integralmente con EL ÍNTIMO.
Así es como EL METAL más próximo se transforma en oro puro,
al lograrse LA FUSIÓN integral con el real SER.
De esta fusión resulta EL NUEVO MAESTRO, que surge
de entre las profundidades vivas de la conciencia.
Este Maestro interno es el auténtico Maestro de
transmutaciones metálicas.
Después el Maestro de transmutaciones metálicas debe
hacer la proyección sobre sus demás metales para transmutarlos, extrayendo de
ellos el oro puro.
Hay que cocer, cocer, y recocer, y no cansarse de ello.
El Fuego del hornillo al principio puede ser lento, pero
después debe ser muy intenso para lograr la transmutación total y la unión
perfecta.
LOS CUATRO CUERPOS DE PECADO
Los cuatro cuerpos de pecado nos dan cuatro cuerpos de
Oro, cuando logramos una transmutación metálica perfecta.
Los cuatro cuerpos de pecado son remplazados por cuatro
cuerpos celestiales, que sirven de Templo al Espíritu Triuno e inmortal.
Los cuatro cuerpos de pecado son reemplazados por cuatro
cuerpos de gloria.
Así es como transmutamos los metales con los Elíxires
blanco y rojo.
Así es como el cuaternario inferior viene a reforzar a la
Divina Tríada.
Cuando ya el Maestro se liberta de los cuatro cuerpos del
pecado, entonces ya no necesita pedir entrada, porque ha entrado en El Mundo de
los Dioses, y es también un Dios.
Samael aun weor
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