-LOS PRINCIPIOS RELIGIOSOS-
Todas las
religiones son piedras preciosas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad.
Las religiones
conservan los valores eternos, no existen religiones falsas. Todas las
religiones son necesarias, todas las religiones cumplen su misión en la vida.
Es absurdo decir
que la religión del vecino no sirve y que sólo la mía es verdadera. Si la
religión del vecino no sirve, entonces la mía tampoco sirve porque los valores
son siempre los mismos.
Es estúpido decir
que la religión de las tribus indígenas de América es idolatría, entonces ellos
también tienen derecho a decir que nuestra religión es idolatría. Y si nosotros
nos reímos de ellos, ellos también pueden reírse de nosotros. Y si nosotros
decimos que ellos adoran o adoraban ídolos, ellos también pueden decir que
nosotros adoramos ídolos.
No podemos
desacreditar la religión de otros sin desacreditar la nuestra también, porque
los principios son siempre los mismos. Todas las religiones tienen los mismos
principios.
Bajo el sol, toda
religión nace, crece, se desarrolla, se multiplica en muchas sectas y muere.
Así ha sido siempre y así será siempre.
Los principios
religiosos nunca mueren. Pueden morir las formas religiosas, pero los
principios religiosos, es decir, los valores eternos, no mueren jamás. Ellos
continúan, ellos se revisten con nuevas formas.
La religión es
inherente a la vida como la humedad lo es al agua.
Hay hombres
profundamente religiosos que no pertenecen a ninguna forma religiosa.
La gente sin
religión es conservadora y reaccionaria por naturaleza. Sólo el hombre
religioso logra la Revolución de la Dialéctica.
No hay motivo que
justifique las guerras religiosas como las de Irlanda. Es absurdo calificar a
otros de infieles, herejes o paganos, por el simple hecho de no pertenecer a
nuestra religión.
El brujo, que en el
corazón de las selvas africanas, ejerce su sacerdocio ante la tribu de
caníbales, y el aristócrata arzobispo cristiano que oficia en la Catedral
Metropolitana de Londres, París o Roma, se apoyan en los mismos principios,
sólo varían las formas religiosas.
Jesús, el Divino
Rabí de Galilea, enseñó a todos los seres humanos el camino de la Verdad y la
Revolución de la Dialéctica.
La Verdad se hizo
carne en Jesús y se hará carne en todo hombre que logre la Revolución Integral.
Si estudiamos las
religiones, si hacemos un estudio comparativo de las religiones, en todas ellas
encontraremos el culto al Cristo, lo único que varían son los nombres que se le
dan al Cristo.
El Divino Rabí de
Galilea tiene los mismos atributos de Zeus, Apolo, Krishna, Quetzalcoatl, Lao
Tsé, Fu-ji -el Cristo chino-, Buddha, etc.
Uno se queda
asombrado cuando hace un estudio comparativo de las religiones. Todos estos
sagrados personajes religiosos que personifican al Cristo nacen el 24 de
diciembre a las 12 de la noche.
Todos estos
sagrados personajes son hijos de inmaculadas concepciones, todos ellos nacen
por obra y gracia del Espíritu Santo, todos ellos nacen en Vírgenes inmaculadas
antes del parto, en el parto y después del parto.
La pobre y
desconocida mujer hebrea María, madre del Adorable Salvador Jesús, el Cristo,
recibió los mismos atributos y poderes cósmicos de la Diosa Isis, Juno,
Démeter, Ceres, Vesta, Maía, Adonía, Insoberta, Rea, Cibeles, Tonantzín, etc.
Todas estas
deidades femeninas representan siempre a la Madre Divina, el Eterno Femenino
Cósmico.
El Cristo es
siempre el hijo de la Madre Divina y a ella le rinden culto todas las santas
religiones.
María es fecundada
por el Espíritu Santo. Cuenta la tradición que el Tercer Logos, en forma de
paloma, hizo fecundo el vientre inmaculado de María.
La paloma es
siempre un símbolo fálico. Recordemos a Peristera, ninfa del cortejo de Venus,
transformada en paloma por el amor.
Entre los chinos,
el Cristo es Fu-ji. El Cristo chino que nace milagrosamente por obra y gracia
del Espíritu Santo.
Paseándose una
virgen llamada Hoa Se por la orilla del río, puso su pie sobre la huella del
Grande Hombre; inmediatamente se conmovió viéndose rodeada por un resplandor
maravilloso y sus entrañas concibieron. Transcurridos doce años, el día cuarto
de la décima Luna, a media noche, nació Fu-ji, llamado así en memoria del río a
cuya orilla fue concebido.
En el México
Antiguo, Cristo es Quetzalcoatl, quien fuera el Mesías y el transformador de
los toltecas.
Estando un día
Chimalmán sola con sus dos hermanas, se le apareció un enviado del cielo. Las
hermanas, al verlo, mueren de espanto. Ella, al oír de boca del ángel que
concebiría un hijo, concibió al instante, sin obra de varón, a Quetzalcoatl, el
Cristo mexicano.
Entre los
japoneses, el Cristo es Amida, quien intercede ante la Diosa Suprema Ten Sic
Dai Tain rogando por todos los pecadores.
Amida, el Cristo
japonés de la Religión Sintoísta, es quien tiene los poderes para abrir las
puertas del Gokurat, el Paraíso.
Los Eddas germanos
citan a Khristos, el Dios de su Teogonía, semejante a Jesús, nacido también el
24 de diciembre a media noche, lo mismo que Odín, Wotan y Beleno.
Cuando uno estudia
el Evangelio de Krishna, el Cristo hindú, se queda asombrado al descubrir el
mismo Evangelio de Jesús, y sin embargo Krishna nació muchos siglos antes que
Jesús.
Devaki, la virgen
hindú, concibió a Krishna por obra y gracia del Espíritu Santo. El niño dios
Krishna fue transportado al establo de Nanden y los dioses y ángeles vinieron a
adorarle. La vida, pasión y muerte de Krishna es similar a la de Jesús.
Vale la pena
estudiar todas las religiones. El estudio comparativo de las religiones lo
lleva a uno a comprender que todas las religiones conservan los valores
eternos, que ninguna religión es falsa, que todas son verdaderas.
Todas las
Religiones hablan del alma, del cielo, del infierno, etc. Los principios son
siempre los mismos.
Entre los romanos,
el infierno era el Averno; entre los griegos era el Tartarus y entre los
indostaníes el Avitchi, etc. El cielo, entre los romanos y griegos, era el
Olimpo. Cada religión tiene su cielo.
Cuando terminó la
religión de los romanos, cuando se degeneró, los sacerdotes se convirtieron en
adivinos, titiriteros, etc., pero los principios eternos no murieron, ellos se
revistieron con la nueva forma religiosa del cristianismo.
Los sacerdotes
paganos, denominados Augur, Druida, Flamen, Hierofante, Dionisios y
Sacrificador, fueron rebautizados en el cristianismo con los sagrados títulos
de Clérigos, Pastores, Prelados, Pope, Ungido, Abate, Teólogo, etc.
Las Sibilas,
Vestales, Druidesas, Papisas, Diaconisas, Ménades, Pitonisas, etc., en el
cristianismo fueron denominadas Novicias, Abadesas, Canonesas, Prelados
Superiores, Reverendas, Hermanas, Monjas.
Los Dioses, Semi
dioses, Titanes, Diosas, Sílfides, Cíclopes, Mensajeros de los dioses de las
antiguas religiones, fueron rebautizados con los nombres de Ángeles,
Arcángeles, Serafines, Potestades, Virtudes, Tronos, etc.
Si antiguamente se
adoraron a los dioses, ahora también se les adora, sólo que con otros nombres.
Las formas
religiosas cambian según las épocas históricas y las razas. Cada raza necesita
su forma religiosa especial.
Los pueblos
necesitan la religión. Un pueblo sin religión es de hecho un pueblo totalmente
bárbaro, cruel y despiadado.
samael aun weor
“La Revolución de
la Dialéctica”.
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