EL LADO INOBSERVADO DE NOSOTROS MISMOS
Hemos conversado recientemente sobre ese oscuro lado de
nosotros mismos.
Les explique anteriormente que me refería al lado de
nosotros mismos que no conocemos o no aceptamos, y que el objeto del
conocimiento de si por el método de la observación de si era el de llevar a ese
aun no conocido lado de nosotros mismos a la luz de la conciencia.
Todo el objeto del conocimiento de si es hacer que
nuestro conocimiento de nosotros mismos sea más consciente.
Se basa en la idea de que cuando se tienen muchas cosas
en uno mismo que no se conocen ni se aceptan —es decir, cosas de las cuales no
se es consciente— entonces esas cosas nos complican la vida en gran manera y
provocan toda suerte de situaciones que podrían ser evitadas mediante el
conocimiento de sí.
Cabe decir en general que ponemos ese lado desconocido o
inconsciente de nosotros mismos en otras gentes o, para usar un término de la psicología
moderna, proyectamos ese lado de nosotros mismos a otras personas y lo vemos en
ellas.
Por ejemplo, las vemos como si fueran embusteras,
infieles, mezquinas, faltas de confianza y demás, en relación con nuestras
cualidades a este respecto.
El Trabajo dice, sobre este particular, que vivimos en
una parte muy pequeña de nosotros mismos.
Significa ello que nuestra conciencia se extiende solo a
una parte muy reducida de nosotros mismos.
Tal situación hace que nuestras relaciones con los otros
sean muy malas, como también con la vida y con nosotros mismos.
La idea de este Trabajo es la de ampliar nuestra
conciencia.
Es preciso, nos dice, llegar a ser mucho más conscientes
para con nosotros mismos mediante una directa observación de si, de tal modo
que todos los mezquinos retratos de nosotros mismos que nos hemos hecho sean
destruidos y empecemos a vivir en una edición ampliada de nosotros mismos.
Una regla general en El Trabajo es que cuando no nos
entendemos con alguna persona se puede tener la seguridad de que esta es la
cosa misma contra la cual es preciso trabajar sobre uno mismo.
Esto imparte una orientación por completo diferente y es segun
mi parecer el comienzo del verdadero trabajo.
Lo que se critica tanto en los otros es algo que descansa
en el lado oscuro de uno mismo y que no se conoce ni se quiere reconocer.
Solo se ve ese lado oscuro, ese lado inconsciente,
desconocido de uno mismo, reflejado de tal modo en otra persona que ésta
siempre tiene la culpa y no uno mismo.
Todas las personas viven en una conciencia muy reducida,
un mundo muy mezquino de auto-reacciones, de reacciones personales, y ese pequeño
espacio en que viven está lleno de toda clase de susceptibilidades.
Y como admitirán, algunas personas viven en esa pequeña
parte de sí mismas en la cual la conciencia está confinada a una reducida zona
de la totalidad de la psique.
Lo que mantiene en nosotros esta pequeña conciencia es la
acción de los topes, de los retratos que nos forjamos de nosotros mismos, de
las opiniones fijas, de las actitudes negativas.
Cuando estamos en tal condición el lado oscuro de
nosotros mismos es muy grande, pero cuando la luz de la observación de si se
derrama en ese lado oscuro, la conciencia de nosotros mismos se acrecienta
mediante el conocimiento de si, y al cabo de un tiempo empezamos a sentirnos
diferentemente de lo que acostumbrábamos a sentirnos.
El centro de gravedad del "Yo" en nosotros
empieza a desplazarse.
En otras palabras, el "Yo" Imaginario, ese
"Yo" al que siempre servimos y mantenemos andando, que no es en
absoluto nosotros mismos, empieza a disolverse.
Hallamos que no somos en absoluto lo que imaginábamos ser
y a medida que esto tiene lugar nuestras relaciones con la demás gente se expanden.
En lugar de vivir en el estrecho mundo de los prejuicios,
de las violentas simpatías y antipatías, debido a la expansión de la conciencia
en nosotros mismos nos hallamos en relaciones más amplias con la demás gente.
Esto es debido al crecimiento de la conciencia mediante
el método de la observación imparcial sobre el cual se funda todo El Trabajo en
su lado practico.
De resultas de ello el sensitivo manojo de reacciones
personales, el sentirse continuamente trastornado y herido, la incapacidad de
hacer frente a las críticas de los otros, empiezan a desaparecer, y entramos en
un mundo más amplio.
Llegamos a ser más universales.
Ya no alimentamos más nuestros retratos de nosotros
mismos tal como lo hacíamos.
Ya no pensamos más en nosotros mismos de esa manera tan
exclusiva, sino que empezamos a darnos cuenta de nuestra propia impotencia de
modo que podemos soportar la impotencia de las otras personas.
Ahora bien, El Trabajo dice que debemos soportar las manifestaciones
desagradables los unos de los otros.
Pero es imposible soportar las manifestaciones desagradables
los unos de los otros en el verdadero sentido del significado de la palabra a
no ser que veamos nuestras manifestaciones desagradables y las conozcamos y las
aceptemos.
Esto destruye todas las ilusiones de nosotros mismos.
A menos de aceptar el lado de nosotros que censura
seremos siempre negativos porque este manojo sensitivo de reacciones personales
rodeado por la oscuridad de uno mismo que no se conoce o no se quiere reconocer
es la principal cosa que hay que enfrentar en la vida.
Y es algo que es completamente inadaptado a la vida, algo
incompleto, inadecuado, que nos hace desdichados a todo lo largo de nuestra
vida a no ser que se lo corrija por medio de un trabajo consciente sobre si.
Nuestro pequeño ego-mundo personal se sentirá trastornado
a cada momento y careceremos de energía para la vida y de aguante a menos que
hagamos frente a ese lado oscuro reconociéndolo conscientemente y dándonos
cuenta que todo lo que censuramos en los otros halla su expresión en todo
momento en nosotros, pero que no lo incluimos en nuestra conciencia de nosotros
mismos.
Por eso El Trabajo hace tanto hincapié en el
"Yo" Imaginario en el que vive la gente.
Supongamos que critica a un hombre que ha logrado tener
conciencia de una gran parte de su lado oscuro.
Es decir, aquel hombre ha llevado a su conciencia por medio
de su trabajo muchos aspectos de si mismo que ignoraba existían en él, y los ha
aceptado.
¿Sera capaz tal hombre de soportar más fácilmente las
criticas que una persona que sigue viviendo en los retratos de sí misma y nunca
se ha enfrentado realmente consigo misma por medio de una observación directa?
Tengo la completa seguridad que si un hombre mediante el
poder del Trabajo se observa realmente a sí mismo, advierte en verdad cuando critica
y censura a los otros, y siempre lo atribuye a algo que está en él mismo y que
aun no reconoce, dicho hombre será mucho más equilibrado y por lo tanto más
capaz de soportar el próximo paso en el desarrollo interior.
Son tantas las ansiedades que se esfuman, las crisis emocionales
que desaparecen, las enfermedades que se desvanecen, las tormentas en vasos de agua
que dejan de existir.
Lo acusan, por ejemplo, de ser un embustero.
Se defiende furiosamente, practica todas las artes de
auto-justificación —las cuales, le recuerdo, es una de las cosas especificas
sobre la cual debe trabajar— y resulta un inmenso tumulto.
Desde luego usted es un embustero.
Pero si mantiene siempre su mentira fuera de su esfera
consciente y se niega a conocerla y rehúsa reconocerla, ¿cómo puede aceptarla?
Siempre se defiende en contra de sí mismo, con el fin de
mantener a su "Yo" Imaginario andando, su imaginación de lo que es.
Pero supongamos que logra tener mucho más conciencia de
su lado oscuro y le acusan de ser un mentiroso, entonces no reaccionara desde
su manojo de sensitivas reacciones personales, ni desde un retrato de sí mismo,
porque sabe muy bien que es también un mentiroso y que miente a menudo.
Por lo tanto aceptará las críticas sin inmutarse.
En El Trabajo se dicen muchas cosas sobre la comprensión
de nuestra nadidad.
Se ha dicho una y otra vez que un hombre en El Trabajo
debe llegar al punto en que comprende su propia nadidad antes de dar otro paso.
La observación de sí se asemeja a un rayo de luz que
penetra en la oscuridad de nuestro interior.
Este rayo de luz lleva a la conciencia el lado
desconocido e inaceptado de nosotros mismos.
Suaviza todo en nosotros y elimina gran parte de nuestra
violencia.
Todos hemos de vencer en nosotros al hombre violento o a
la mujer violenta porque toda violencia se debe a la falta de conciencia.
Si puede ver a otro como uno se ve a sí mismo nunca podrá
ser violento hacia el otro.
Maurice Nicoll
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