ESTAR CONSCIENTE DE SÍ…
El hombre tiene el derecho de ser consciente de sí,
incluso tal como es, sin cambio alguno.
La consciencia objetiva requiere en él muchos cambios,
pero él puede tener ahora la consciencia de sí.
Empero no la obtuvo, aunque piense que la tiene.
¿Cómo comenzó esta ilusión?
¿Por qué el hombre se atribuye consciencia de sí?
Se la atribuye porque es su estado legítimo.
Si no es consciente de sí, VIVE DEBAJO DE SU NIVEL
LEGÍTIMO, usa solamente una décima parte de sus poderes.
Pero en la medida en que se atribuya lo que es SÓLO UNA
POSIBILIDAD, no trabajará para el logro de este estado.
A continuación surge la pregunta: ¿por qué el hombre no
posee la consciencia de sí, si tiene para ello todos los arreglos y órganos
necesarios?
La razón de esto es SU SUEÑO.
No es fácil despertar, pues hay muchas causas del sueño.
A menudo se formula la pregunta: ¿todas las personas poseen
la posibilidad de despertar?
No, no todas: poquísimas son capaces de comprender que
están dormidas, y de HACER LOS ESFUERZOS NECESARIOS PARA DESPERTAR.
Primero, el hombre debe ESTAR PREPARADO, debe ENTENDER SU
SITUACIÓN; segundo, debe tener BASTANTE ENERGÍA y UN DESEO SUFICIENTEMENTE
FUERTE para poder salir.
En toda esta extraña combinación que es el hombre, lo
único que puede cambiarse es la consciencia.
Pero primero debe comprender que es una máquina, de modo
que pueda ajustar algunos tornillos, aflojar otros, etc.
DEBE ESTUDIAR; he aquí donde comienza la posibilidad del
cambio.
Cuando comprenda que es una máquina, y cuando sepa algo
acerca de su máquina, verá que ésta puede trabajar en diferentes condiciones de
consciencia y, de ese modo, TRATARÁ DE DARLE MEJORES CONDICIONES.
En este sistema nos dijeron que el hombre tiene la
posibilidad de vivir en cuatro estados de consciencia pero que, como es, vive
sólo en dos.
También sabemos que nuestras funciones se dividen en
cuatro categorías.
De manera que estudiamos las cuatro categorías de las
funciones en los dos estados de consciencia.
Al mismo tiempo, comprendemos que suceden vislumbres de
consciencia de sí, y que lo que nos impide tener más vislumbres de éstas es el
hecho de que no nos recordamos: ESTAMOS DORMIDOS.
La primera cosa necesaria en un estudio serio de uno
mismo es ENTENDER QUE LA CONSCIENCIA TIENE GRADOS.
Deben recordar que no pasan de un estado de la
consciencia a otro, sino que éstos están añadidos uno al otro.
Esto significa que si están en el estado de sueño, cuando
despiertan, el estado de la consciencia relativa o de "sueño vigila"
se añade al estado de sueño; si ustedes se tornan conscientes de si, esto se
añade al estado del "sueño vigila"; y si adquieren el estado de la
consciencia objetiva, esto se añade al estado de la consciencia de sí.
No hay agudas transiciones de un estado a otro estado.
¿Por qué no?
Porque cada estado consiste en diferentes estratos.
Así como en el sueño pueden estar más dormidos o menos dormidos,
de igual modo en el estado en que ahora nos hallamos, pueden estar más cerca de
la consciencia de sí o más lejos de ella.
La segunda cosa necesaria en un estudio serio de uno
mismo es el estudio de las funciones mediante la observación de éstas, aprendiendo
a dividirlas en el sentido correcto, aprendiendo a reconocer cada una
separadamente.
Cada función tiene su propia profesión, su propia
especialidad.
Deben ser estudiadas separadamente y entenderse
claramente sus diferencias, recordando que están controladas por diferentes
centros o mentes.
Es muy útil pensar sobre nuestras diferentes funciones o
centros y comprender que son absolutamente independientes.
No comprendemos que hay cuatro seres independientes en
nosotros, cuatro mentes independientes. (intelecto, emoción, motor e intinto)
Siempre tratamos de reducir todo a una sola mente.
El centro instintivo puede existir absolutamente aparte
de tos otros centros; los centros motor y emocional pueden existir sin el
intelectual.
Podemos imaginar cuatro personas que viven en nosotros.
La que llamamos instintiva es el hombre físico.
El hombre motor es también un hombre físico, pero con
diferentes inclinaciones.
Luego está el hombre sentimental o emocional, y el hombre
teórico o intelectual.
Si nos contemplamos desde este punto de vista, es más
fácil ver dónde cometemos el principal error acerca de nosotros mismos, porque
nos consideramos como uno solo, como siempre el mismo.
No tenemos medios para ver los centros, pero PODEMOS OBSERVAR
LAS FUNCIONES: cuanto más observamos, más material tenemos.
Esta división de las funciones es importantísima.
El control de cualquiera de nuestras facultades sólo
puede obtenerse con la ayuda del conocimiento.
Cada función puede controlarse solamente si conocemos las
peculiaridades y la velocidad de cada una.
La observación de las funciones debe conectarse con el
estudio de los estados de consciencia y los grados de consciencia.
Debe entenderse claramente que la consciencia y las
funciones son cosas absolutamente diferentes.
Moverse, pensar, sentir, tener sensaciones, éstas son
funciones; pueden trabajar con absoluta independencia de si estamos conscientes
o no; en otras palabras, pueden trabajar mecánicamente.
Estar consciente es algo absolutamente diferente.
Pero si estamos más conscientes, inmediatamente AUMENTA
LA INTENSIDAD DE NUESTRAS FUNCIONES.
Las funciones pueden compararse con máquinas que trabajan
en variables grados de luz.
Estas máquinas son tales que pueden trabajar mejor con
luz que en la oscuridad; en cada momento que hay más luz, las máquinas trabajan
mejor.
La consciencia es la luz y las máquinas son las
funciones.
La observación de las funciones requiere largo trabajo.
Es necesario hallar muchos ejemplos de cada una.
Al estudiarlas, veremos inevitablemente que nuestra
máquina no trabaja correctamente; algunas funciones son todas correctas,
mientras otras son indeseables desde el punto de vista de nuestro objetivo.
Pues DEBEMOS TENER UN OBJETIVO, de lo contrario ningún
estudio dará resultado alguno.
Si comprendemos que estamos dormidos, el objetivo es
despertar; si comprendemos que somos máquinas, el objetivo es cesar de ser
máquinas. Si queremos ser más conscientes, debemos estudiar qué nos impide
recordarnos.
De modo que tenemos que introducir cierta valorización de
las funciones desde el punto de vista de si son útiles o dañinas para el
recuerdo de sí.
De modo que hay dos líneas de estudio: el estudio de las
funciones de nuestros centros, y el estudio de las funciones innecesarias o
dañinas.
P. ¿El método de este estudio es la observación?
R. Uno puede descubrir muchas cosas en ese sentido y
puede preparar el terreno para un ulterior estudio, pero de por sí no es
suficiente.
Mediante la observación de sí, uno no puede establecer
las más importantes divisiones en uno mismo, divisiones horizontales y
verticales, pues hay muchas divisiones diferentes; uno no puede conocer los
diferentes estados de la consciencia y separar las propias funciones.
Uno debe conocer las principales divisiones; de otro
modo, cometerá errores y no sabrá lo que observa.
El hombre es una máquina muy complicada; en realidad no
es una máquina, sino UNA GRAN FÁBRICA CONSISTENTE EN MUCHAS MÁQUINAS DIFERENTES
que, en su totalidad, trabajan a diferentes velocidades, con DIFERENTES
COMBUSTIBLES, en diferentes condiciones.
De modo que no es sólo una cuestión de observación sino
una cuestión de conocimiento, y el hombre no puede obtener este conocimiento de
sí mismo, pues la naturaleza no hizo instintivo este conocimiento: ha de ser
adquirido por la mente.
Instintivamente, el hombre puede conocer lo que es amargo
o dulce y cosas similares, pero el conocimiento instintivo termina allí.
De modo que el hombre debe aprender, y debe aprender de
alguien que haya aprendido antes que él.
Si efectúa un serio esfuerzo para observar las funciones
por sí, comprenderá que ordinariamente, cualquier cosa que haga, cualquier cosa
que piense, cualquier cosa que sienta, usted no se recuerda.
No comprende que no está presente, que no está aquí.
Al mismo tiempo, descubrirá que, SI REALIZA SUFICIENTES
ESFUERZOS durante un tiempo suficientemente largo, puede aumentar su capacidad
de recordarse.
Empezará a recordarse más a menudo, empezará a recordarse
más profundamente, EMPEZARÁ A RECORDARSE EN CONEXIÓN CON MÁS IDEAS: la idea de
la consciencia, la idea del trabajo, la idea de los centros, la idea del
estudio de sí.
Pero la pregunta es: ¿cómo recordarse, cómo hacerse más
consciente?
El primer paso es comprender que no estamos conscientes.
Cuando comprendamos esto y lo observemos por primera vez,
deberemos tratar de ATRAPARNOS EN LOS MOMENTOS EN QUE NO ESTAMOS CONSCIENTES y,
poco a poco, esto nos hará más conscientes.
Ouspensky
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