LA RAZÓN DE LA OBSERVACIÓN DE SÍ.
Empecemos ocupándonos de esa IDEA que nos es enseñada en
El Trabajo y segun la cual los Centros Superiores siempre nos están hablando y
diciendo lo que debemos hacer, pero no podemos oírlos.
Tengamos la seguridad de que, puesto que el objeto del
Trabajo finca en CONECTARNOS CON LOS CENTROS SUPERIORES y sus mensajes, una de
las primeras cosas que nos es enseñada —a saber, observamos a nosotros mismos—
ha de estar relacionada con PONERNOS EN CONTACTO finalmente con esos CENTROS
SUPERIORES que en nosotros están completamente formados pero que no podemos oír.
Quiero decir, que debe haber UNA RAZÓN para la observación
de sí.
Si tratamos de observarnos a nosotros mismos porque nos
han ordenado hacerlo, no nos observaremos a nosotros mismos de un modo
correcto.
No comprenderemos por qué debemos hacerlo, o que profundo
significado se oculta en esta práctica.
Seremos llevados a decir: "¿Por qué he de observarme
a mí mismo?
¿Con qué objeto? ¿Por qué razón?"
Si nuestra aprehensión de las ideas del Trabajo no es
bastante amplia y desconocemos cuál es la meta del Trabajo, si todas las
escalas ascendentes que se ven en el Rayo y en la Octava Lateral, todas las enseñanzas
sobre los niveles superiores e inferiores, sobre el mayor y el menor número de
leyes; si todo lo que se dijo sobre la Personalidad y la Esencia no significa
nada conceptualmente para nosotros y esta simplemente diseminado en nuestra memoria,
careciendo de vida coordinada y emocional, entonces claro está que la observación
de si será una pesada tarea que nos fue impuesta.
Pero de seguro es preciso tener una idea mucho más sutil
e interior del Trabajo.
Consideremos la observación de si a la luz del por qué nos
pidieron practicarla.
NOS DIJERON DE PRACTICARLA PORQUE PUEDE LLEVARNOS A UNA
MAYOR PERCEPCIÓN DE LAS INFLUENCIAS DE LOS CENTROS SUPERIORES.
No podemos oír esas influencias porque una ESPECIE DE
SUSTANCIA ESPESA se interpone entre ellas y nosotros.
¿Qué es esa espesa sustancia?
Es toda aquella parte de nosotros QUE ES INCONSCIENTE
PARA NOSOTROS, de la cual no nos damos cuenta, cuya existencia no percibimos.
Como es sabido, se ha dicho a menudo que el acto de observación
de si deja penetrar un rayo de luz en nuestras tinieblas interiores.
Esas tinieblas son lo que se acaba de llamar LA ESPESA
SUSTANCIA que no permite transmitir las influencias de los Centros Superiores.
Un hombre, una mujer deben llegar eventualmente a un acuerdo
con este oscuro y desconocido lado de sí mismos, y esto es solo posible a través
de una larga e inteligente observación de si LLEVADA A CABO POR UNA RAZÓN
DEFINIDA y no meramente como una tarea mecánica.
Recuerden que toda observación de si debe ser un ESFUERZO
CONSCIENTE.
Estarán de acuerdo conmigo en que todos tenemos en
nosotros "Yoes" de los cuales ignoramos todo.
Vivimos en la falsa personalidad, no en una personalidad
real.
Estamos llenos de imágenes de nosotros mismos, por
ejemplo, y debido a la acción de los topes y justificaciones que nos impiden
ver las contradicciones “estamos en paz” con nosotros mismos.
Pero el objeto del Trabajo es provocar UNA LUCHA en
nosotros, una lucha con EL FALSO CONTENTAMIENTO Y COMPLACENCIA.
¿Y cuál es el método que se usa?
El método de la observación de si, por el cual llegamos a
ser gradualmente más conscientes de lo que está en nosotros y perdemos esas amadas
imágenes de nosotros mismos, esas formas de la imaginación.
Es comparable a un cochero que esta bebiendo en una
taberna.
Esto significa que vive en la imaginación, en imágenes,
en ideas imaginarias sobre sí mismo, en el "Yo" Imaginario.
Primeramente, es preciso que el cochero despierte.
Ahora bien, podemos pensar en esta situación en los
siguientes términos.
Cada cual tiene un lado oscuro, del que no conoce nada,
esto es, un lado que no es consciente para nosotros pero que sin embargo actúa.
En esta oscuridad es necesario qua penetre un rayo de luz
por medio de la observación de si llevada a cabo de acuerdo con lo que El
Trabajo nos enseña a observar, a buscar, a percibir.
Ese lado oscuro de nosotros mismos debe conectarse gradualmente
con nuestra idea de nosotros mismos y, por así decirlo, es preciso preparar un modelo,
una mezcla de estos dos lados.
Y a menos que ese rayo de luz se filtre en esas tinieblas
no es posible hacerlo y, en consecuencia, nunca podremos sentir las influencias
de los Centros Superiores porque esas influencias están amortiguadas y obliteradas
(cerradas) por ese lado oscuro, ese otro lado de nosotros que por regla general
solo vemos en las otras personas y que no atribuimos a nosotros mismos.
Por eso tendemos siempre a reprochar los otros y a acusarlos,
digamos, de malos pensamientos, o de conducta sospechosa, o de calumnia, o de falta
de bondad, o de mentira, o de indiferencia, o de infidelidad, o de falta de
confianza, o de mezquindad, y así sucesivamente.
Es decir, tendemos a ver en los otros el otro lado de nosotros
mismos del cual no somos conscientes, y, como comprenderán, esta es una de las principales
causas de la desdicha humana y de los constantes roces en los cuales casi todos
vivimos los unos respecto de los otros.
Para cambiar este orden de cosas El Trabajo comienza con
la observación de si, dejando penetrar ese rayo de luz o de conciencia en las
tinieblas interiores.
Cuando estudiamos nuestra tendencia a acusar a los otros,
y la registramos y deliberadamente tratamos de observar la misma cosa en
nosotros mismos, damos el primero y más importante paso en el trabajo personal,
es decir, en el trabajo sobre si.
A menos de hacerlo, no podremos ir a ninguna parte.
Si intentamos ir a algún lugar sin haberlo hecho por mucho
tiempo nos asemejaremos a una persona que trata de ver por una ventana cuyos cristales
están cubiertos con pintura negra.
Esa pintura negra tiene curiosas propiedades porque de algún
modo indescriptible es nosotros mismos.
Es una especie de oscuridad viviente en nosotros mismos
que solo puede ser eliminada por la creciente luz de la conciencia que pasa a través
de la observación de sí.
La creciente luz de la conciencia resulta de una
prolongada, tranquila, sincera observación de si, de haberse observado por
mucho tiempo y a solas, de haber observado las propias acciones, la manera en
que se habla, los propios pensamientos y la manera de pensar, las propias
emociones y la manera como uno siente.
Es claro, pues, que la tarea inicial en El Trabajo radica
en llegar a ser más consciente de ese lado desconocido y oscuro de nosotros y
esto significa perder poco a poco todas las ideas ordinarias sobre nosotros
mismos.
Hallaremos en verdad que nos llegan nuevos pensamientos,
sentimientos, percepciones interiores y el significado de todos ellos, y la razón
de ello es que empiezan a oírse vestigios de influencias superiores de tal modo
que donde antes solo veíamos una cosa, un camino, un significado, la elección
entre los que creíamos justo o injusto, vemos ahora una docena o mas de
significados y elecciones.
Donde antes creíamos que había un solo paso entre Do y Re
y Mi, en una comprensión desnuda, rígida y pomposa, vemos octavas interiores completas
que se extienden entre esas notas.
Todo acrecentamiento de comprensión estriba en ver
diferencias cada vez más finas, en ver significados cada vez más sutiles y
bellos, todos entretejidos y llenos de una calidad mágica propia, que
comprendemos son por completo diferentes de los pensamientos y sentimientos
crudos y pesados de acuerdo con los cuales vivíamos antes.
Pero esas hermosas visitaciones de comprensión no pueden
penetrar en la conciencia y llegar a ser una continua fuente interna de
significados siempre viva e inagotable, a menos que ese oscuro y desconocido
lado de nosotros sea cada vez más consciente.
Como dije, el hacer consciente el lado oscuro de nosotros
mismos, o lado desconocido, conduce inevitablemente a un cambio completo de
nuestra idea y estimación de nosotros mismos.
En verdad, parecería que nos estamos perdiendo de vista,
y donde acostumbrábamos a estar seguros, convencidos y prontos para hacer y
actuar, para hablar y criticar, sentimos ahora mucha incertidumbre porque en
cada situación vemos mucho más de lo que veíamos antes.
No es una incertidumbre negativa sino una incertidumbre
positiva.
No es un sentimiento de impotencia sino un sentimiento de
fortaleza porque vemos claramente que donde antes estábamos tan seguros éramos
en realidad muy débiles y la certidumbre que sentíamos era la certidumbre del
necio, de la ignorancia, que es solo debilidad y que indudablemente nos lleva
siempre a resultados equivocados y a roces por completo inútiles que teníamos
la seguridad eran debidos a los otros y no tenían nada que ver con nuestras reacciones
completamente indignas de confianza.
Qué confiados solíamos ser —pero ahora vemos qué mecánicos
éramos en realidad—.
Como acostumbrábamos a pensar que comprendíamos todo y podíamos
hacer, y como no nos damos cuenta de que carecíamos simplemente de comprensión
y, de hecho, todo nos sucedía mecánicamente con arreglo a la naturaleza de
nuestra maquina.
Cómo acostumbrábamos a atribuir todo a nosotros mismos y
a enorgullecemos de ello y como vemos ahora que todo era hecho por esa máquina
a la que presuponíamos que era nosotros mismos.
Ahora bien, al ver ese otro lado de nosotros mismos, ese oscuro
lado, en el cual El Trabajo nos dice que debemos penetrar para hacerlo cada vez
más consciente por medio de la observación de sí, es preciso recordar que la
doctrina de los "Yoes" es de primerísima importancia.
Maurice Nicoll
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