-EL RECUERDO DE SI. III
Esta noche les hablaré otra vez sobre el Recuerdo de Sí y
lo que el Trabajo enseña respecto a cómo podemos cambiar nuestro propio nivel
de Ser.
Como saben ustedes este Trabajo nos enseña a llegar a ser
más conscientes de nosotros mismos y esto empieza con cierta forma de
observación de sí.
Nos dice que es preciso observarse a sí mismo según
ciertas líneas muy definidas y que todos deberían conocer.
El verdadero Recuerdo de Sí radica en recordar algo que
no se Es, si me permiten esta paradoja.
Todo Recuerdo de Sí verdadero empieza con algo que tiene
que ver con El Trabajo.
Por ejemplo, se dice que cuando una persona se recuerda a
sí misma, es preciso que recuerde al mismo tiempo su propósito.
El propósito debe estar siempre conectado con algo que se
refiera a las ideas del Trabajo y para hacerse tal propósito debe tener ya una
considerable experiencia de la observación de sí desde los diferentes ángulos
del Trabajo.
Cuando una persona se hace un propósito que es un
resultado definido de la observación de sí, digamos, que es siempre negativa en
relación con alguna u otra cosa en el pasado o en el presente o en ambos,
entonces logra el verdadero propósito-Trabajo de NO EXPRESAR esa emoción negativa
exteriormente y con el tiempo no identificarse con ella internamente en sus
centros Intelectual y Emocional.
Esto forma en dicha persona lo que es llamado el
Mayordomo Delegado —es decir, coloca algunos "Yoes" que ya comprenden
de qué trata el Trabajo a cargo de sí mismo de tal modo que aunque se olvide
constantemente a sí —caiga en el sueño— recuerde que algo no anda bien en su
estado interior.
Con el tiempo el Mayordomo se presentará.
El Mayordomo está en un nivel mucho más elevado que el
Mayordomo Delegado y viene de lo alto y nos ayuda.
Y por encima del Mayordomo está el "Yo" Real.
Y por encima del “Yo” Real, está Dios.
Si pudiéramos ponernos en contacto directamente con el
"Yo" Real sin tener que pagar todo lo necesario para ese desarrollo
interior, entonces seríamos capaces de recordarnos a nosotros mismos en el
sentido de Trabajo.
Pero tenemos que partir de donde estamos y, gradualmente,
mediante un proceso de separación interior y de selección, aprender a no
dejarse llevar por ciertos "Yoes" y preferir otros "Yoes"
diferentes que están en un nivel ligeramente más alto en nuestro ser ordinario.
Ya han oído decir que la única cosa que podemos
sacrificar es nuestro sufrimiento.
¿Qué significa el sacrificio?
Sacrificio quiere decir originariamente santificar.
¿Significa ello que es preciso que nuestro sufrimiento
sea santo?
No, su significado es mucho más hondo.
Mientras siga identificándome con mi sufrimiento,
mientras siga atribuyéndolo a mí mismo, seguiré identificándome con él.
Ahora bien, santificar significaba originariamente que se
había renunciado a toda conexión personal.
Pertenecía entonces a Dios.
Si prefieren pueden sustituir la palabra
"santo" por la palabra "consciente".
No se llega a ser consciente de una cosa en uno mismo
mientras se está identificado con ella.
Tener realmente
conciencia de una cosa en uno mismo es no estar más identificado con ella, no
ser más ella.
Si tengo conciencia de las formas mecánicas de mi
sufrimiento y de mis cargos internos y de mis estados negativos, ya no son más
yo.
Me desprendo de ellos, los dejo partir, por así decirlo,
ya no me siento a mí mismo por medio de ellos.
De resultas de ello, el sentimiento de mi mismo se
transformará.
Este acto permite obrar a la transformación y todo lo que
es verdadero en su sufrimiento lo encontrará en un nivel superior completamente
transformado en otra cosa, pero mientras permanezca atado a su sufrimiento y se
sienta realmente a sí mismo a través de su sufrimiento —de hecho, sienta su
propia importancia de este modo— no puede esperar transformación alguna.
Como dije hace mucho tiempo, se asemeja a estar parado
sobre una tabla y tratar de levantarla.
Es preciso estar fuera, y entonces no cuesta nada
levantarla.
Maurice Nicoll
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