LA MATERIALIDAD DEL UNIVERSO
Por: Ouspensky
Otra idea que debemos estudiar, es la idea de LA
MATERIALIDAD DEL UNIVERSO considerado bajo la perspectiva del «rayo de la creación».
En este universo, todo puede ser pesado y medido.
El Absoluto mismo es tan material, tan ponderable y
mensurable como la luna o el hombre.
Si el Absoluto es Dios, esto significa que Dios puede ser
pesado y medido, resuelto en sus elementos constitutivos, «calculado» y
expresado en una fórmula.
Pero el concepto de «materialidad» es tan relativo como
cualquier otro.
Si recordamos cómo está dividido el concepto «hombre» y
todo lo que se le relaciona: bien, mal, verdad, mentira, etc., en diferentes
categorías (hombre Nº 1, hombre Nº 2, etc.), será fácil para nosotros
comprender que el concepto «mundo» y todo lo que se le relaciona, está dividido
también en diferentes categorías.
El rayo de la creación establece siete planos en el
mundo, siete mundos, uno dentro de otro.
Todo lo que se relaciona al mundo está dividido también
en siete categorías, una dentro de otra.
LA MATERIALIDAD del Absoluto es de un orden diferente a
la materialidad de «Todos los Mundos».
La materialidad de «Todos los Mundos», es de un orden
diferente a la de «Todos los Soles».
La materialidad de «Todos los Soles» es de un orden
diferente a la de nuestro Sol.
La materialidad de nuestro Sol es de un orden diferente a
la de «Todos los Planetas».
La materialidad de «Todos los Planetas» es de un orden
diferente a la de la Tierra, y la materialidad de la Tierra es de un orden
diferente a la de la Luna.
A primera vista es difícil captar esta idea.
La gente está acostumbrada a pensar que la materia es en
todas partes la misma.
La física, la astrofísica, la química, métodos tales como
el análisis espectral, etc., están todos basados en esta aserción.
Y es verdad que la materia es siempre la misma, pero la
materialidad es diferente.
Y los diferentes grados de materialidad dependen
directamente de las calidades y de las propiedades de la energía manifestada en
un punto dado.
La materia, o la substancia, necesariamente presuponen la
existencia de la fuerza o de la energía.
Esto de ninguna forma significa que habría que adoptar un
concepto dualista del universo.
Los conceptos de materia y de fuerza son tan relativos
como cualquier otra cosa.
En el Absoluto, donde todo es uno, la materia y la fuerza
también son uno.
Pero en este caso, la materia y la fuerza no se toman
como principios reales del mundo en sí, sino como propiedades o características
del mundo fenoménico que observamos.
Para emprender el estudio del universo, basta tener una
idea elemental de la materia y de la energía, tal como nos la muestran las observaciones
inmediatas por medio de los órganos de los sentidos.
Lo que es «permanente» se considera como material, como
materia, y los «cambios» que intervienen en el estado de lo que es permanente,
o de la materia, se llaman manifestaciones de fuerza o de energía.
Todos estos cambios se pueden considerar como resultado
de vibraciones o de movimientos ondulatorios que parten del centro, es decir,
del Absoluto, y van en todas direcciones, entrecruzándose, chocando,
fusionándose unos con otros, hasta el fin del rayo de creación, donde todos se
detienen.
DESDE ESTE PUNTO DE VISTA, EL MUNDO ESTÁ HECHO DE
MOVIMIENTOS ONDULATORIOS O VIBRACIONES Y DE MATERIA, O DE MATERIA EN UN ESTADO
DE VIBRACIÓN, DE MATERIA VIBRATORIA.
LA VELOCIDAD DE LAS VIBRACIONES ESTÁ EN RAZÓN INVERSA A
LA DENSIDAD DE LA MATERIA.
En el Absoluto las vibraciones son más rápidas y la
materia menos densa.
En el mundo inmediatamente consecutivo, las vibraciones
son más lentas y la materia más densa; de allí en adelante, la materia es aún
más densa, y las vibraciones más lentas.
Se puede considerar a la «materia» como constituida por
«átomos», considerándose como «átomos» el resultado de la división final de la
materia.
En todo orden de materia, se les puede considerar
simplemente como partículas infinitesimales de la materia dada, que son indivisibles
sólo sobre el plano dado.
Sólo los átomos del Absoluto son realmente indivisibles.
El átomo del plano siguiente, es decir del mundo 3, está
hecho de 3 átomos del Absoluto; en otras palabras, es tres veces más grande y
tres veces más pesado y sus movimientos son de una lentitud correspondiente.
El átomo del mundo 6 está hecho de 6 átomos del Absoluto
fusionados conjuntamente de alguna manera, formando un solo átomo».
Sus movimientos también son de una lentitud
correspondiente.
El átomo del mundo siguiente está hecho de 12 partículas
primordiales, y los de los mundos siguientes, de 24, de 48, y de 96.
El átomo del mundo 96 es de un tamaño enorme en
comparación con el átomo del mundo 1; sus movimientos también son de una lentitud
correspondiente, y la materia constituida por tales átomos es más densa.
Los siete mundos del rayo de creación representan siete
órdenes de materialidad.
La materialidad de la luna es diferente a la de la
tierra; la materialidad de la tierra es diferente a la del mundo planetario; la
materialidad del mundo planetario es diferente a la del sol, etc.
Así, en lugar de un solo concepto de materia tenemos
SIETE CLASES DE MATERIA, pero nuestra concepción ordinaria de la materialidad
sólo abarca la materialidad de los mundos 96 y 48, y aun con dificultad.
La materia del mundo 24 es demasiado enrarecida para ser
considerada como materia desde el punto de vista científico de nuestra física y
de nuestra química; tal materia es prácticamente hipotética.
La materia aún más fina del mundo 12 ya no posee ningún
carácter de materialidad para la investigación ordinaria.
Todas estas materias, pertenecientes a órdenes variados
del universo, no están dispuestas en capas separadas, sino que se entremezclan,
o más bien, se interpenetran entre sí.
Podemos representarnos la idea de tal interpenetración de
materias de diferentes densidades partiendo de la experiencia que podemos tener
de la penetración de una materia conocida por nosotros en otra igualmente
conocida.
Un pedazo de madera puede estar saturado de agua; el agua
a su vez puede contener gas.
Se puede observar exactamente la misma relación entre
diferentes clases de materias en el universo entero; las materias más finas
penetran las materias más groseras.
La materia que posee las características de la
materialidad que nos es comprensible, se divide para nosotros en diferentes
estados según su densidad: sólido, líquido, gaseoso, y además lleva gradaciones
tales como: energía radiante, o electricidad, luz, magnetismo; y así sucesivamente.
Sobre cada plano, es decir, en cada orden de
materialidad, pueden encontrarse relaciones y divisiones análogas entre los
diferentes estados de una materia dada; pero, como ya lo he dicho, la materia
de un plano superior de ninguna manera es material para los planos inferiores.
Toda la materia del mundo que nos rodea, los alimentos
que comemos, el agua que bebemos, el aire que respiramos, las piedras con las
que construimos nuestras casas, NUESTROS PROPIOS CUERPOS — cada cosa es
atravesada por todas las materias que existen en el universo.
No hay necesidad de estudiar científicamente al sol para
descubrir la materia del mundo solar: esta materia EXISTE EN NOSOTROS MISMOS,
es el resultado de la división de nuestros átomos.
De la misma manera, tenemos en nosotros la materia de
todos los otros mundos.
El hombre es, en el pleno sentido de este término, UN
«UNIVERSO EN MINIATURA».
Todas las materias que constituyen el universo, están en
él.
Las mismas fuerzas, las mismas leyes que gobiernan la
vida del universo, actúan en él.
POR ESO, AL ESTUDIAR AL HOMBRE PODEMOS ESTUDIAR EL
UNIVERSO ENTERO, EXACTAMENTE DE LA MISMA MANERA QUE AL ESTUDIAR EL MUNDO,
PODEMOS ESTUDIAR AL HOMBRE.
Pero un paralelo completo entre el hombre y el mundo sólo
puede hacerse al tomar un hombre en toda la acepción de la palabra, es decir,
al HOMBRE TOTAL, cuyos poderes interiores han sido completamente desarrollados.
Un hombre no desarrollado, un hombre que no ha llegado
todavía al término de su evolución, no puede ser considerado como una imagen
integral o perfecta del universo — es un mundo incompleto.
Repitámoslo, el estudio de sí mismo debe ir a la par con
el estudio de las leyes fundamentales del universo.
Las leyes son las mismas en todas partes y sobre todos
los planos.
Pero leyes idénticas que se manifiestan en los diferentes
mundos, es decir en condiciones diferentes, producen fenómenos diferentes.
El estudio de la relación entre las leyes y los planos
sobre los cuales se manifiestan estas leyes, nos lleva al ESTUDIO DE LA
RELATIVIDAD.
La idea de la relatividad tiene un lugar muy importante
en esta enseñanza, y más tarde regresaremos a ella.
Pero ante todo, es necesario comprender la relatividad de
cada cosa y de cada manifestación, según su lugar en el orden cósmico.
Estamos sobre la tierra, y dependemos enteramente de las
leyes que operan a su nivel.
LA TIERRA OCUPA UN MUY MAL SITIO desde un punto de vista
cósmico — es comparable a las regiones más remotas de la Siberia glacial, está
alejada de todo, es fría, la vida en ella es muy dura.
Todo lo que en otros lugares viene espontáneamente, o es
obtenido sin esfuerzo, sobre la tierra sólo puede obtenerse por medio de una
labor dura.
Todo debe ser conquistado, tanto en la vida diaria como
en el trabajo sobre sí mismo.
Sucede a veces en la vida el que un hombre obtenga una
herencia, y luego viva sin hacer nada.
Pero en El Trabajo Psicológico esto nunca sucede.
Aquí todos son iguales.
Ouspenky
No hay comentarios:
Publicar un comentario