EL RECUERDO DE SÍ. I
En una conversación reciente hablamos sobre el Recuerdo
de Sí.
Se ha dicho a menudo que a menos de creer en algo
superior es imposible recordarse a sí mismo.
Con el Recuerdo de Sí siempre se relaciona cierto sentimiento
emocional.
No se puede a sangre fría recordarse a sí mismo.
Es necesario entrar en cierto estado, desde el cual sea
posible observarse a sí mismo.
Por medio del Recuerdo de Sí nos ponemos bajo nuevas
influencias que de otra manera no podrían alcanzarnos.
Si siente la extraordinariedad de su propia existencia,
si siente el milagro de su cuerpo, de su conciencia, del mundo que lo rodea, si
empieza a preguntarse quién es, entonces está en el estado necesario para el
Recuerdo de Sí.
Por otra parte, si está completamente identificado
consigo mismo y da todo por sentado, su actitud no es la adecuada para el acto
de Recuerdo de Sí.
Muchas veces les dije en el pasado cosas tales como
"Miren sus manos, ¿saben qué son o cómo se mueven?" o "Mire los
árboles y pregúntese cómo es que puede verlos", y muchas otras cosas
similares.
En nosotros está el misterio, el sentido de lo milagroso.
No es necesario ir al Tíbet para hallar lo milagroso.
Se lo puede hallar aquí, en este mismo momento.
¿Cómo oye las palabras que alguien le lee en alta voz?
¿Cómo tiene conciencia de lo que significan; y cómo está
sentado aquí escuchándolas?
Pero no nos hacemos generalmente estas extrañas
preguntas, y hasta las creemos absurdas, o nos imaginamos que fueron explicadas
por la ciencia mientras que en realidad nada fue explicado por ella.
A no ser que mire la vida de otro modo no podrá recordarse
a sí mismo.
Una forma del Recuerdo de Sí es recordar que uno está en El
Trabajo y que es preciso tomar todo de una manera diferente con arreglo a los significados
e instrucciones del Trabajo.
Esta es una forma muy poderosa de Recuerdo de Sí que se puede
practicar muy a menudo.
LA VIDA PENETRA POR MEDIO DE SUS SENTIDOS EN HACES Y
PAQUETES (ENERGÍAS Y MATERIAS) A CADA INSTANTE, PERO, ¿CÓMO REACCIONA USTED
A ELLA?
¿Acaso el Trabajo está entre usted y la vida externa o
está usted inmerso, dormido, en la vida externa y sus aconteceres?
Si es así, no se recuerda a sí mismo.
Es entonces lo que El Trabajo llama un hombre mecánico
arrastrado por la vida como una máquina es puesta en movimiento por una correa
de transmisión.
Mantenerse erguido en la vida y tener un claro sentido de
sí mismo experimentando la vida, y notando las propias reacciones ante ella,
sentir que se está viviendo la vida y no que la vida nos está viviendo —todo
ello pertenece a la idea del Recuerdo de Sí—.
Pero si usted cree que la naturaleza se creó a sí misma,
que la materia creó a la materia, entonces no podrá recordarse a sí mismo.
Por otra parte si muchas veces piensa internamente acerca
del Rayo de la Creación que desciende de lo alto o acerca de la octava lateral
del Sol desde la cual fuimos creados, y si ya no piensa más que tales ideas
carecen de importancia sino que son absolutamente necesarias para un ORDENAMIENTO
CORRECTO DE NUESTROS PENSAMIENTOS, entonces quizá tenga un instante de Recuerdo
de Sí y una vislumbre de lo que significa.
Es tan sólo a través del SENTIMIENTO DE ALGO SUPERIOR como
uno se puede separar de algo inferior y, al cabo de un tiempo, cuando se
experimentó lo que esto significa, se hará lo imposible para guardar vivo el
sentimiento de algo superior en uno mismo y SE ABORRECERÁN aquellos periodos en
que se está totalmente identificado con las cosas externas.
Aquí tenemos una etapa definida en El Trabajo.
Entonces conocemos hasta en pequeñísimo grado lo que es
estar despierto y por contraste conocemos lo que es estar dormido, y por mucho
tiempo esta etapa permanece en nosotros de modo tal que CONOCEMOS cuando
estamos más despiertos y cuando estamos más dormidos.
Entonces llega a ser una cuestión de PERCEPCIÓN INTERIOR,
y esta etapa dura inevitablemente mucho tiempo.
Esta etapa es por así decirlo, una prolongada prueba que
depende enteramente de uno mismo, a condición de que le recuerden a uno
constantemente El Trabajo y sus ideas.
Sin embargo, como dije, esta etapa depende finalmente de
uno mismo.
Porque El Trabajo busca hacer un NUEVO ORDENAMIENTO DE
NUESTRA MENTE y sólo puede hacerlo si se le permite entrar en la mente de una
persona.
Pero ello no ocurrirá a no ser que se sienta AFECTO por
esa cosa, el deseo de ella.
Y esto significa cabalmente que a no ser que uno tenga en
sí mismo "Yoes" que desean trabajar, "Yoes" que siempre
sintieron que había otra cosa, "Yoes" capaces de escuchar El Trabajo,
no meramente por medio de los oídos, sino por medio de la mente y la
comprensión, a no ser que existan tales "Yoes" El Trabajo nunca podrá
entrar, pero si llega a entrar es entonces una CUESTIÓN DE ELECCIÓN.
Siempre se puede acompañar a los malos "Yoes" y
hasta pasar toda la vida con ellos o se puede preferir llegar a conocer los
malos "Yoes" por un LENTO Y GRADUAL DISCERNIMIENTO Y NO ENTREGARSE A
SU PODER.
Es en este SENTIMIENTO DE ELECCIÓN, de preferir los
mejores "Yoes", donde empieza el Recuerdo de Sí.
Por una curiosa clase de acto mental, o si se prefiere,
de ACTO DE VOLUNTAD, es posible separarse de la inmensa ciénaga de
"Yoes" negativos y, por así decirlo, mantenerse erguido.
ESTA ES LA ELEVACIÓN DE SÍ MISMO SOBRE SÍ MISMO, pero,
como se dijo, es imposible a menos que se conozca con certeza que hay en uno
mismo mejores y peores estados.
No es una cuestión de creencia teórica el creer que hay
algo superior, sino DE LA ACTUAL PERCEPCIÓN de ello en sí mismo, en ese extraño
y complejo ser que es el sujeto de este Trabajo.
A menudo se observa una horda de pequeños
"Yoes" desagradables y mezquinos que nos rodean y tratan de
arrastrarnos a su nivel, a su manera de tomar todas las cosas.
Y el acto de transformación consiste, en percibirlo y no
identificarse porque se puede recordar que hay maneras muy diferentes de tomar
las cosas.
Maurice Nicoll
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