UNA FORMA ESPECIAL DE AUTO-OBSERVACIÓN
No cabe admitir la posibilidad de una observación
continua.
Así como es imposible observar continuamente un objeto
exterior, así tampoco lo es observar continuamente un objeto interior en
nosotros mismos.
Hay una ventaja, empero, en lo que respecta a la auto-observación
—a saber, que nos llevamos a nosotros mismos de modo que PODEMOS OBSERVARNOS en
un momento cualquiera si se nos ocurre hacerlo—.
Sin embargo, aun así no nos observamos de un modo fresco,
sino de una manera más bien rancia, mediante las asociaciones.
Observamos lo que siempre observamos —un proceso opaco
carente de luz—.
SI PRACTICÁRAMOS LA OBSERVACIÓN DE CADA CENTRO, ALGO DE
LUZ PENETRARÍA EN NOSOTROS.
SI OBSERVAMOS EN NOSOTROS MISMOS LO QUE VEMOS EN LOS
OTROS, PENETRA MUCHO MÁS LUZ.
En este caso, por cierto deja de ser una auto-observación
asociativa que no es por supuesto observación sino un proceso mecánico.
Toda auto-observación que nos puede ser útil ES CONSCIENTE.
Esas auto observaciones conscientes son, como se dijo,
observaciones no continuas.
Son consideradas como eventos discretos, discontinuos, de
una clase especial que de ordinario la gente experimenta pocas veces.
Estos eventos discretos —por lo cual quiero decir
separados— y discontinuos están sujetos sin embargo, a un ordenamiento
definido.
Están puestos en orden y forman UNA MEMORIA ESPECIAL sobre
la cual les llame la atención anteriormente y que denomine MEMORIA-TRABAJO.
Si no la hay el trabajo personal está a su nivel mínimo.
Este ordenamiento de observaciones conscientes de uno
mismo constituye EL ACCIONAR DE LOS CENTROS MISMOS, y debe dejarse a ellos,
porque si la parte formatoria (parte externa) del Centro Intelectual interviene
puede estropear su correcto ordenamiento. Muchas observaciones están conectadas
emocional o sensorialmente; por ejemplo, aquellas que formatoriamente no se
creen posibles.
El resultado de todo este trabajo oculto de ordenamiento
es llegar a tomar “fotografías” completas de uno mismo —al cabo de muchos y
constantes esfuerzos—.
NADA HAY MÁS VALIOSO QUE LA POSESIÓN DE UNA DE ESTAS “FOTOGRAFÍAS”
DE TAMAÑO NATURAL.
Con la posesión de una de estas “fotografías”, que se
logró REUNIENDO LOS TROZOS que el obrar de los centros suministró mediante
centenares de instantáneas auto-observaciones, breves pero conscientes, NOS
SALVAMOS del poder inconsciente de todo lo que está representado en esa “fotografía”.
Sabemos que el objeto de la observación de sí es dejar
penetrar la luz de la conciencia en todo aquello que en nosotros está en la
oscuridad.
Somos inconscientes de todo lo que en nosotros esta en
las tinieblas.
La inconciencia son las tinieblas, y las tinieblas es la
inconciencia.
El único remedio es la conciencia, que es la luz.
La luz vence las tinieblas.
Por mucho tiempo no entendemos lo que esto significa,
oyendo las palabras con los oídos y no con la mente.
Sabemos que todo lo que llevamos a la luz de la
conciencia pierde el poder que tiene sobre nosotros si permanecemos
inconscientes —esto es, en nuestras inexploradas tinieblas interiores—.
OPERANDO DESDE NUESTRAS TINIEBLAS LOGRA TENER UN GRAN
PODER Y EXTRAORDINARIA FASCINACIÓN.
¿Cuál sería el objeto de una auto-observación consciente
realizada de tal modo que ilumine las tinieblas si esto no pudiera suceder?
Si, como dije, las gentes no se dan cuenta de lo que
significa.
En su actual estado son incapaces de relacionar la luz con la conciencia,
porque estas palabras son diferentes.
Y por esta razón no comprenden la observación de si o
cual es su utilidad.
No captan que, a menos de dejar penetrar cada vez más la
luz de la conciencia en nosotros, no podremos cambiar.
Todo aquello de lo cual somos interiormente
inconscientes, todo aquello que está en las tinieblas de la inconciencia,
permanece sin cambio alguno y conserva toda su actividad.
Ahora bien, todo El Trabajo se basa en la Conciencia —en
el poder de la Conciencia para equilibrarnos y así curarnos—.
Porque una vez que una cosa de la cual no nos dábamos cuenta
llega a sernos consciente Y ES VISTA en relación con otras cosas de las
que ya somos conscientes, cobra su tamaño exacto y se ajusta a su lugar
apropiado o se aprecia como ridícula y desprovista de poder.
Esto es el equilibrio mediante la conciencia.
Ya no puede desempeñar más el papel de un bandido
violento y malvado que libra un combate en la región interior de la conciencia.
Esos bandidos internos nos convierten muchas veces en el niño maleducado,
difícil, pesado, endomingado, etc.
Si se lo expone a plena luz parece ridículo.
Ocurre lo mismo con la acción de los topes y
justificaciones que impiden lograr una plena conciencia y de este modo la
conciencia real.
Ya sabrán algunos de ustedes que tienen CONTRADICCIONES INTERIORES que los llevan eventualmente a sufrir una caída.
Los dos lados de las contradicciones deben confrontarse
muy a menudo a la luz de la conciencia.
No hay otro remedio.
El remedio estriba precisamente EN UNA LUZ SIMULTANEA
—no en la luz que ilumina un lado y luego el otro.
Ahora bien, regresemos a la cosa más valiosa que poseemos
—la “fotografía” de tamaño natural —.
Se dijo que nos salvaba del poder inconsciente de todo lo
que estaba representado en ella.
Se debe ello a que todo lo que estaba representado en
ella llegó a sernos consciente, en un momento o en otro, por un rayo momentáneo
de observación. Esto es, la conciencia con el paso de los años HA TOCADO
cada parte de dicha “fotografía”.
Si —pero organizar todas estas observaciones momentáneas,
esos eventos personales discontinuos, en una “fotografía” de tamaño natural no
es nuestro trabajo—.
Nosotros no vemos las conexiones existentes entre nuestras
observaciones.
PERO ALGO EN NOSOTROS LO HIZO Y NOS PRESENTÓ FINALMENTE LA
“FOTOGRAFÍA”.
"Esto", dice, "es un aspecto de su vida
que ya no puede encarcelarlo más".
No veíamos todas las relaciones existentes entre una
parte y otra que ahora nos permite trazar esa “fotografía” de gran tamaño.
Porque esta “fotografía” de gran tamaño es la unión y el
ordenamiento de todas esas instantáneas separadas y en apariencia sin relación
alguna y que llegan a ser un todo viviente.
Aquello que tenía poder en nosotros y a cuyo servicio
estamos mientras permanecía en las tinieblas de la inconciencia se ha vuelto
objetivo.
Una “fotografía” de esa clase, una “fotografía” de
tiempo-viviente, está más allá del poder de la palabra porque, como todo lo proveniente
de LOS CENTROS SUPERIORES, posee doble significación y doble uso.
Basta decir que aquello que era subjetivo se ha vuelto
objetivo y aquello de lo cual éramos inconscientes ha llegado a ser consciente.
Desde este punto de vista cabe decir que este Trabajo
enseña una clase especial de “fotografías”.
Contando con una “fotografía” que nos sirva de estudio ya
no se podrá ser mas como antes y la conciencia objetiva no estará muy lejos.
Señalaré ahora unas pocas cosas que se pueden aplicar a
todos.
Si fuéramos plenamente conscientes no necesitaríamos este
Trabajo. No existiría en este planeta.
Pero no somos plenamente conscientes.
Si lo fuéramos, seriamos plenamente conscientes de
nuestros prójimos y ellos de nosotros.
Nos veríamos entonces en los otros y los otros en
nosotros y el odio y las guerras cesarían, entre otras cosas.
Cada uno de ustedes debe alcanzar y se espera que alcance
el estado de discernimiento interior que permite ver que hay mucho en usted que
se hace cargo de usted y que usted en la actualidad es inconsciente de ello.
Si no lo puede ver se sentirá probablemente lleno de rebeldía
y se resistirá al Trabajo, abierta o silenciosamente, como lo hacen algunos.
Intente darse cuenta de su necesidad del Trabajo.
Trate de darse cuenta, aunque sea en teoría, que en usted
hay muchas personas internamente que no son usted, de quienes no tiene conciencia y así nada sabe de ellas,
que lo dominan secreta y continuamente y le hacen hacer y decir lo que desean, de modo
que usted no puede decir que su vida le es propia.
No crea nunca que en su actual estado usted es una persona bien equilibrada.
Esta creencia hace que usted sea rígido y lento.
Usted es unilateral; y cuanto más unilateral sea usted
tanto mas creerá que es equilibrado.
Recuerde que un hombre equilibrado es multilateral y
flexible.
Repare en que en modo alguno se comporta conscientemente
en todo momento.
Si cree hacerlo, usted es simplemente un insensato y está
profundamente dormido.
Usted no es lo que cree ser.
Pero usted es muchas cosas que no cree ser y no está en
lo mínimo consciente de ello.
No se requiere un gran acrecentamiento de conciencia
mediante la auto-observación para que sospeche que esto es lo que ocurre en realidad.
Una persona debería sospechar de sí misma, no de las
otras.
Pues bien, es inútil negarse a admitir estas pocas
afirmaciones extraídas del Trabajo.
Hacerlo señala meramente una dignidad ofendida, lo cual
es muy común.
El Trabajo, desde luego, es todo lo CONTRARIO A LOS ELOGIOS.
Les recordaré finalmente que Gurdjeff dijo que debemos
mover el cerebro todos los días, además de otras cosas.
Dijo asimismo que este Trabajo se propone hacernos pensar
de una manera nueva —tanto acerca de nosotros mismos como de la vida en este planeta—.
Maurice Nicoll
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