EL LUGAR DEL PROPÓSITO
Hemos hablado la última vez sobre la necesidad del propósito.
Esta noche hemos de hablar sobre EL LUGAR de donde
proviene el propósito.
Se dijo la última vez que para encontrar un verdadero propósito
en el sentido del Trabajo ES PRECISO PENSAR en uno mismo a la luz del conocimiento
enseñado por El Trabajo.
Esto solo empieza tras un largo periodo de observación de
si, de manera QUE SE VEA REALMENTE a que se asemeja uno en vista del Trabajo.
También se suele decir que una persona puede desempeñarse
muy bien en la vida pero estar muy equivocada en el Trabajo.
Por ejemplo, si una persona quiere ser negativa en la
vida puede serlo, pero no en El Trabajo.
Es decir, El Trabajo cambia NUESTRA PERSPECTIVA de nosotros
mismos y nos hace pensar sobre nosotros de una manera nueva.
Esta noche hablaremos del propósito en lo que respecta al
lugar de donde proviene en nosotros mismos.
PARTE I.
El propósito puede provenir de un lugar correcto o de un
lugar equivocado en nosotros.
Puede ser correcto y provenir de un lugar equivocado, y
puede ser equivocado y provenir empero de un lugar correcto.
Con el fin de comprender lo que esto significa, es
preciso regresar a los centros y a las partes de los centros y también ocupamos
otra vez de la atención.
El propósito proviene de un lugar equivocado cuando viene
de las pequeñas divisiones mecánicas de los centros, donde la atención está en
su mínimo o pasa de una pequeñez a otra, donde, de hecho, hay atención cero, o
solo un sinnúmero de pequeñas atenciones separadas, y no una atención comprensiva.
El propósito no puede provenir de esas pequeñas
atenciones desparramadas, que pertenecen a las divisiones mecánicas de los
centros, a las partes externas de los centros.
Es preciso que se forme y provenga de las divisiones
superiores donde la calidad de la atención es diferente, de las partes medias o
interiores de los centros.
La atención ordinaria no es suficiente.
Ouspensky, al hablar sobre la atención, ha dicho que la atención
ordinaria, que va de un lado a otro todo el tiempo, en realidad no es atención.
Agrego que solo la atención capaz de conservar la misma dirección
por un tiempo podía llamarse atención.
Y recuerdo que empezó a hablar aquí de la mucha atención
que la gente prestaba a cosas nimias y de lo mucho que se distraía con ellas, y
señalo que si derrochábamos toda la fuerza de nuestra atención en cosas sin
importancia careceríamos de atención para las importantes.
En este caso, transcurriría largo rato antes de que pudiéramos
acrecentar nuestra atención.
Dijo que era menester luchar para no prestar demasiada atención
a las pequeñeces.
Las pequeñeces no necesitan mucha atención.
Las partes motoras de los centros podían ejecutar sus pequeñas
tareas diarias con escasa atención.
Ahora bien, a menos de tener alguna RESERVA DE ATENCIÓN LIBRE
no podríamos cumplir un propósito o por cierto saber a qué se refiere el
Trabajo porque estaríamos ocupados en pequeñeces y El Trabajo nunca será
comprendido si se lo toma como una pequeñez o al nivel de las pequeñeces.
Esto se debe a que la mente no es una sola y misma cosa,
sino que tiene partes mayores y menores, y a que El Trabajo pertenece a la
parte mayor y no puede adecuarse ni puede ser captado por las partes menores.
Ante todo, cada centro tiene tres divisiones
correspondientes a los tres centros mismos, Centro Intelectual, Centro Emocional
y Centro Instintivo-Motor, parte interior del centro, parte media y parte
externa.
Ahora bien, en las pequeñas partes motoras de los centros
(partes externas) están las pequeñas cosas, y allí, observémoslo, en esas
partes, nada nos pertenece y por eso no es posible proponerse algo desde esas
partes.
Esto da que pensar.
Lo que está en las partes mecánicas o motoras de su
Centro Intelectual, por ejemplo, no le pertenecen.
Estas, pequeñas partes mecánicas están llenas de
conversaciones que ha escuchado, de diarios que ha leído, de toda clase de
charlas ociosas, frases, cuadros, palabras, etc., y esas cosas no le pertenecen
en absoluto.
Van y vienen.
Pero un propósito no puede ir y venir.
ES PRECISO QUE LE PERTENEZCA.
Ahora bien, cuando alguna cosa es captada por la parte
Emocional o la parte Intelectual de los centros, es decir por sus partes media
o interna, entonces nos pertenece y
hasta puede crear algo.
Y es aquí donde LAS IDEAS del Trabajo, y todas las ideas
similares, tales como las que se encuentran en los Evangelios, tienen cabida,
porque aquí pueden respirar y vivir y llegar a ser nuestras.
Pero la gente en quien solo trabajan las partes motoras
de los centros, es decir sus partes externas, está en la imposibilidad de forjarse
un propósito en el lugar correcto de sí misma.
Tenemos partes de los centros para la vida y partes de
los centros para otras cosas.
La misma cosa, si pasa a través de diferentes partes de
los centros, tendrá un aspecto muy diferente.
La misma idea o la misma frase recibida en la parte
Motora, en la Emocional o en la Intelectual de los centros se vuelve muy diferente.
LAS IDEAS del Trabajo son demasiado grandes para que las
partes pequeñas puedan captarlas.
Solo verán un trocito y no comprenderán lo que significa
y así lo deformaran.
Solo las divisiones mayores de los centros, pueden
percibir la concepción completa de la enseñanza de este Trabajo.
Las partes motoras de los centros que se vuelcan hacia la
vida, hacia los sentidos, no pueden captarla, porque no les compete hacerlo.
No solo cada centro distinto tiene un propósito distinto
en nosotros, sino lo tiene también cada parte y subdivisión.
No tenemos una sola mente, sino tres; y en cada una hay muchas
mentes.
Si pudiéramos utilizar la mente correcta para hacer una
cosa determinada — es decir, el centro correcto o parte de él— seriamos equilibrados
en nuestros centros.
Pero casi siempre dejamos de hacerlo y empleamos el
centro o parte equivocada.
Emprender este Trabajo con las partes mecánicas de los
centros y mantenerlo allí es un ejemplo exacto de no utilizar la mente
correcta.
Charlar acerca del Trabajo y luego acerca del último
rumor, escándalo, etc., es dejar que El Trabajo recaiga en las pequeñas partes mecánicas
de los centros y se confunda con ellas y con los pequeños "Yoes" que
moran en esas viviendas exiguas y poco interesantes.
Escuchar El Trabajo sin valorarlo o prestarle atención
equivale a entenderlo con los pequeños "Yoes" mecánicos de la vida.
Por eso El Trabajo dice que todo empieza con la valoración.
Por cierto, al principio prestamos atención al Trabajo en
la mejor forma posible.
Pero si tenemos un centro magnético —es decir, OÍDOS PARA
OÍR— es recibido por las partes emocionales de los centros.
PARTE II.
Una vez que se comprende que la mente, en esta enseñanza,
es contemplada como si estuviera en diferentes NIVELES, así como el Universo, y
que el nivel más bajo es llamado la parte motora o mecánica de un centro, se comprenderá
la razón psicológica de muchas cosas.
Se comprenderá, por ejemplo, por qué no se debe hablar
mucho de este Trabajo, pues se tiende a ponerlo en las partes motoras de los
centros.
Es preferible que la gente que está en El Trabajo hable
de otras cosas en lugar de hablar del Trabajo, o si han hablado seriamente del
Trabajo, cambiar de conversación en cuanto sea posible y observar la diferencia.
Se comprende también y de un modo muy práctico por que se
dice que no hay que pronunciar EL NOMBRE DE DIOS EN VANO.
No se debe permitir que las cosas pertenecientes a las PARTES
SUPERIORES y por lo tanto más conscientes de los centros se confundan con las
que pertenecen a las PARTES MECÁNICAS INFERIORES.
Este es el verdadero significado de la profanación.
La profanación es mezclar lo superior con lo inferior.
Destruye el orden propio de las partes de los centros.
Confunde y destruye la muy compleja y delicada maquina
del hombre, en la cual cada una de las partes tiene que cumplir una función
definida y distinta.
Se comprenderá asimismo por que se da tanta importancia a
la posesión de un centro magnético.
En la vida hay dos clases de influencias, que en este
sistema se llaman A y B.
Las influencias A pertenecen a la vida y son creadas por
la vida, por la política, la guerra, los deportes, el dinero, etc.
Las influencias B son de un orden diferente y provienen
de lo que está fuera de la vida.
Los Evangelios son un ejemplo.
Provienen de la humanidad consciente, no de la humanidad mecánica.
Ahora bien, es preciso prestar cuidadosa atención a esto:
Las partes motoras de los centros solo pueden absorber las influencias A y
fueron hechas para esto; las influencias B caen en las partes emocionales o
medias de los centros; y las influencias C, si se llega a enfrentarse con
ellas, provienen directamente del Hombre Consciente, y son recibidas por las
partes intelectuales o internas.
Discurriendo así sobre esta materia, se ve como las cosas
ocupan el lugar que les corresponde.
Para llegar a las partes superiores —es decir, a las
partes más conscientes— de los centros, es necesario el acto de atención.
Es más fácil permanecer en las partes motoras o mecánicas
y es interesante advertir como EVITAMOS todo esfuerzo que nos saque de ellas.
Para llegar a ser más conscientes de nuestra vida y de lo
que somos, es preciso estar en las partes más conscientes de los centros, es
decir, en aquellas partes que pueden ver varias cosas al mismo tiempo y no solo
una a la vez.
La observación de si lleva al acrecentamiento de la
conciencia de sí mismo, de la propia vida, y desde este ángulo EL PROPÓSITO SE
HACE MÁS CLARO.
SE EMPIEZA A VER LO QUE ESTÁ EQUIVOCADO, no solo en ese
momento, sino a todo lo largo de la vida.
No es posible verlo desde las partes motoras de los
centros.
Desde ellas, la vida no puede ser contemplada sino el momento
mismo.
Por eso todo propósito que se hace desde los
"Yoes" mecánicos, en las partes motoras de los centros, es
completamente equivocado.
Solo permite ver a través de estrechas hendeduras.
EN CONSECUENCIA, ES IMPORTANTE SABER DE DÓNDE VIENE UN
PROPÓSITO, ASÍ COMO CUÁL ES SU PROPÓSITO.
Claro está que de buenas a primeras no es posible hacerse
un propósito permanente.
No se puede exclamar de repente: "Juro que no me
identificare nunca más, o que nunca seré negativo."
En el Trabajo cada propósito mas amplio y más permanente debe
basarse en el conocimiento de sí ganado por medio de la auto-observación
practica.
Es menester ocuparse de las emociones negativas.
Es una cuestión muy importante.
No es posible hacer súbitamente un propósito con
referencia a ellas.
Se puede y se debe empezar por hacer el propósito
temporario de no expresarlas, tal como lo sugiere El Trabajo.
Esto ayuda a observarlas mejor.
Así, se dará cuenta gradualmente de que si gasta tantas
fuerzas en ser negativo no le quedaran fuerzas para otras cosas, como la
felicidad, por ejemplo.
Luego se dará cuenta, de que no puede prestar atención y
de este modo le será imposible llegar a las mejores partes de los centros si
pierde toda su FUERZA en seguir esa dirección inútil.
Después de haber comprendido esto y muchas otras cosas
por sí mismo, puede hacer UN PROPÓSITO MÁS GENUINO Y PERMANENTE sobre sus
estados negativos, y UN PROPÓSITO PROVENIENTE DEL LUGAR CORRECTO.
Porque así comprenderá mejor lo que está haciendo y de
este modo lo hará más desde sí mismo, y desde lo que le pertenece.
Pero si, al oír que es preciso luchar contra los estados
negativos, se hace un propósito desde un pequeño "Yo" imitativo, en
la parte motora de un centro, solo porque cree que es la cosa correcta que hay
que hacer, y lo anota en su libreta de apuntes como un buen colegial, en este
caso no comprenderá cosa alguna de su propósito.
NO LE PERTENECERÁ.
El propósito tal vez sea correcto, pero vendrá de un
lugar por completo equivocado.
Por eso es tan importante saber de dónde viene el propósito
y no solo cuál es el propósito.
O para dar otro ejemplo, supongamos que se hace el propósito
de terminar con las asociaciones indeseables que mantiene con algunas personas.
Si lo hace simplemente con las partes motoras de los
centros —desde los pequeños "Yoes" mecánicos— estos "Yoes"
no verán razón alguna de por qué ha de hacerlo, pues esas asociaciones mecánicas
indeseables son su propio trabajo.
Sería como ordenar a una fábrica no hacer el trabajo que
le corresponde.
Las asociaciones indeseables están en las partes mecánicas,
en los "Yoes" mecánicos.
PERO SI SE PIENSA EN LA GENTE RELACIONÁNDOLA CON EL
TRABAJO, se estará por encima de las partes mecánicas de los centros y de las
asociaciones mecánicas.
La contemplara desde otro nivel.
Todas nuestras oportunidades dependen de la existencia de
otro nivel.
Entonces su propósito procederá del lugar correcto y dará
un buen resultado.
Es decir, se sentirá capaz de considerar de una nueva
manera a la gente con quien no simpatiza mecánicamente, o vera la mecanicidad
de la gente en términos de la suya.
De este modo, aunque el propósito sea correcto, lo más
importante es saber de dónde proviene en usted.
Muchas cosas se pueden hacer fácilmente o con mayor
facilidad desde el nivel del Trabajo; en cambio, son imposibles si se intenta
hacerlas desde el nivel de la vida.
Todo ello tiene su explicación en las diferentes partes
de los centros y en la parte de donde proviene el propósito.
Por esta razón es necesario conocer, por la observación,
dónde se está en si mismo, en qué parte de la amplia casa psicológica se esta,
y no hacer las cosas de otro piso cuando se está en la planta baja y viceversa.
Debe hacerse a sí mismo una pregunta practica:
"¿Dónde estoy yo?"
Puede estar junto a un "Yo" malo, mezquino y dañino
o en las partes muy pequeñas de los centros, donde sus poderes de atención están
en cero.
En este caso no confíe en el éxito de sus decisiones
importantes, o si espera algo, no confíe en que todo le salga bien.
El mero acto de atención debido a la observación de si,
puede cambiar su posición, en sí mismo, y llevarlo a un mejor lugar.
Ya sabe que puede estar en algún lugar en el espacio
exterior y no en el lugar correcto en el espacio interior.
Sabemos perfectamente cuando estamos en un lugar correcto
o equivocado externamente, en el espacio, pero ignoramos casi todo sobre el
lugar correcto o equivocado internamente, en nosotros mismos, y esto último es
mucho más importante.
Desde luego, mientras se considere a sí mismo como uno,
no puede comprender lo que significa.
Pero una vez que, por medio de la observación, se da cuenta
de que es muchos y que en sí tiene muchos lugares, es más fácil comprenderlo.
Y recuerde que El Trabajo enseña, como algo práctico, que
por medio de la atención dirigida se puede cambiar nuestra posición interior.
Maurice Nicoll
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