EL RECUERDO DE SÍ. X
IDEA-TRABAJO
El hombre ha nacido para recordarse a sí mismo pero, como
fue criado entre gente dormida, se ha olvidado de hacerlo.
COMENTARIO
Hemos hablado la última vez del Recuerdo de Sí y del sí
que ha de recordar.
A veces una parte valiosa de nosotros se extravía.
Cabe decir que se ha quedado dormida.
Por otra parte, muy bien se podría decir que se le ha
descuidado perdiéndose contacto con ella.
Esto suele suceder cuando hace algún tiempo que no se
trabaja ni se reflexiona sobre las ideas del Trabajo, y se las ha olvidado. Es
en esos momentos en que suele extraviarse una parte valiosa de uno mismo.
Más tarde uno se despierta, pero no repara que un sí, un
"Yo", o un pequeño grupo de "Yoes" no está más.
Cada trocito de verdad que se ha logrado en El Trabajo
prestándole atención y experimentándolo mediante su aplicación práctica a uno
mismo ha de mantenerse unida, de otro modo las cosas suelen perderse.
El tiempo es una dimensión —de distancia psicológica.
Es preciso mantenerse firmemente en el trabajo personal.
La verdad es, en el simbolismo esotérico, de plata.
Todas las verdades que se han experimentado en El Trabajo
han de mantenerse unidas en los Centros Intelectual y Emocional, y en las muy
distintas memorias que se conectan con estos dos centros.
Recordemos la parábola de la mujer que perdió su moneda
de plata:
"¿Oh qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una
dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?"
(Lucas XV, 8).
Su casa es ella misma, su propio ser, y la plata una
verdad, algo que ha comprendido y luego perdido.
En muchos antiguos escritos sobre psicología esotérica,
nos dicen que no debemos permitir que las cosas se enfríen demasiado.
La transformación del ser es un proceso que no puede
interrumpirse por demasiado tiempo como tampoco lo puede hacer un huevo que se
está incubando.
Pues bien, volvamos a referirnos al acto de Recuerdo de
Sí.
Es la cosa más importante en El Trabajo y la que menos se
intenta.
Si pudiéramos recibir la vida en El Trabajo empezaríamos
a despertar del estado de sueño en que nosotros y toda la humanidad estamos
sumidos, dándole el nombre de conciencia, o tomándolo equivocadamente por
conciencia.
Si el Hombre llegara a ser realmente consciente, todo
cambiaria.
Este Trabajo se refiere a llegar a ser más consciente.
Sí — ¿pero qué significa esto?
Significa que hay que alcanzar el nivel de otra clase de
conciencia, llamada Recuerdo de Sí; Percepción de Sí y Conciencia de Sí.
Nunca se reflexionará bastante sobre este particular,
nunca se lo recordará bastante.
Para alcanzar ese nivel hemos de tener algo que nos
eleve, UN ASCENSOR.
El trabajo y su manera de pensar es el ascensor.
Por medio de nuestros pensamientos, que son los de la
gente dormida que imagina estar plenamente consciente, no podemos alcanzar los
pensamientos que pertenecen a la gente que se baña en la Luz del Recuerdo de Sí
y contempla el significado de la existencia desde ese nivel
Pero este Trabajo, que proviene de hombres conscientes,
pertenece al pensamiento situado a ese elevado nivel y es esto lo que tratamos
de imitar.
Debilita el poder que la vida externa ejerce sobre
nosotros, porque DEBILITA EL PENSAR MECÁNICO inducido por la vida sensual y su
aparente realidad.
LA MENTE DEBE SER REMODELADA.
Ahora bien, si la vida entrante, que penetra en nosotros
en la forma de impresiones por la vía de los sentidos, pudiera caer en El
Trabajo, su energía quedaría transformada.
Esta idea es presentada por el diagrama del Primer Choque
Consciente.
Ahora bien, por lo común, no recibimos la vida en El
Trabajo, sino directamente.
Primero, esto ocurre así porque no hemos construido el
sistema de pensar llamado El Trabajo en nosotros mismos, y así recibimos la
vida en nuestra psicología adquirida, mecánica, a la que tomamos
equivocadamente por nosotros.
Segundo, porque por mucho tiempo no vemos diferencia
alguna entre la vida y El Trabajo, aun después de años de práctica de no
identificación.
Leemos los diarios y nos sentimos conmovidos.
El Trabajo dice que el Hombre, en su nivel actual de
conciencia, NO PUEDE HACER.
Nos sorprende y nos deprime el que el Hombre no pueda
hacer —no pueda detener las querellas y las guerras, etc.
Si recibiéramos la vida en El Trabajo, no nos sentiríamos
sorprendidos ni deprimidos, y así la vida no nos haría negativos.
Pero puesto que no nos recordamos a nosotros mismos y así
transformamos los efectos de vida, llegamos a ser negativos.
De hecho, somos impulsados por la vida, por lo que
sucede, y no tenemos nada de interno con lo cual resistir.
Así somos máquinas, tal como lo enseña El Trabajo,
impulsados por la vida y sus aconteceres.
En otras palabras, no existimos —sin embargo fuimos
creados para existir— PARA SER —para tener un ser además de la maquinaria—.
Esta es nuestra tarea —CREARNOS A NOSOTROS MISMOS—.
Ahora bien, la gente —la humanidad— que vive en el
segundo estado de conciencia, el denominado estado de conciencia despierta,
nunca podrán entenderse los unos a los otros.
Esto, en esoterismo, se llama el Círculo de Babel o la
Confusión de las Lenguas.
No quiere decir meramente las lenguas literales —los
idiomas—.
Solo la gente que logra el Tercer Estado de Conciencia
puede empezar a entenderse recíprocamente.
Un Hombre Número 1 no puede entender a otro Hombre Numero
1, ni tampoco un Hombre Número 2 o Número 3 puede entender a la gente de su
respectivo tipo.
Por eso el Trabajo dice:
"El Hombre no puede hacer" —esto es, mientras
no despierte—.
Imaginen lo que sucedería si todos comprendiéramos que no
somos propiamente conscientes y nos asemejamos a gente dormida que quiere
alcanzar un fin común —cada cual identificado con — sueños—.
Ahora bien.
El Círculo Consciente de la Humanidad empieza con
aquellos que han alcanzado el Tercer Estado de Conciencia —mediante un arduo
trabajo sobre sí.
Aquí, obtienen la ayuda de los Centros Superiores
—encuentran otra manera de comprender sus problemas vitales aparentemente
insolubles—
Esta es una idea interesante.
Si se pudiera hallarle solución a la vida, entonces este
Trabajo no tendría razón de ser.
Este Trabajo se propone hacer que la vida sea posible en
el sentido que, tal como dice, no se puede entender la vida salvo en función de
alguna otra cosa.
Esta otra cosa es El Trabajo.
Por lo tanto, si el Trabajo cayera internamente en El
Trabajo, despertaríamos.
Maurice Nicoll
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