LA AUTO-SIMPATÍA Y EL HOMBRE INTERIOR
Buscamos el don de una nueva calidad de voluntad, LA QUE
NO CONOCE EL RESENTIMIENTO.
Reuniendo en la mente todo lo que pertenece a nuestra Memoria-Trabajo
personal, y todo lo que hemos comprendido hasta ahora de acuerdo con lo que nos
dice El Trabajo, no tendremos dificultad en ver que esa nueva calidad de
voluntad no puede ser la misma que la voluntad de sí.
La voluntad de si se fundamenta en el amor de sí o
auto-simpatía.
Este último siente continuamente resentimiento si no se
lo alaba y se lo mima.
EXIGE HACER SU SANTA VOLUNTAD Y NO PRESTA ATENCIÓN A
NADIE.
Se convierte fácilmente en quemante ira que cuesta mucho
apaciguar si se carece de memoria y agilidad mental y luego se transforma en
odio y después en acciones violentas.
Las ventajas de recibir el don de una nueva calidad de
voluntad en la cual el resentimiento está ausente son tan numerosas y evidentes
que no vale la pena mencionarlas.
Pero señalare una o dos.
Poseer una voluntad caracterizada por la ausencia de
resentimiento equivaldría a convertirse en Hombre Nuevo —esto es, en otra clase
de hombre—.
Tal hombre, por ejemplo, pasaría a través del confuso
entrecruzamiento de celos y ambiciones y del enmarañamiento de las relaciones
humanas en general SIN PERDER FUERZA.
En lo que respecta a nosotros, nuestras energías más
conscientes no tardan en agotarse y nos zambullimos en las reacciones mecánicas.
Para él la cosa seria distinta.
En los lugares donde nos hundimos, el sigue andando.
Dije que es otra clase de hombre.
Hace muchos años solían hacernos esta pregunta:
"Segun su parecer, ¿A qué se asemeja un hombre perteneciente al Círculo
Consciente de la Humanidad? ¿Cuáles son los signos por los cuales lo reconocería?"
Naturalmente, algunos creían que debía de ser un hombre
de elevada estatura e inexpresablemente hermoso, una figura sobresaliente con
ojos oscuros y penetrantes, vestido con elegancia y modales perfectos —y todo
lo demás—.
Otros pensaban que sería un hombre muy fuerte con enormes
músculos, mandíbula sobresaliente, voluntad inquebrantable y tremenda energía.
Algunos, más ingenuos, creían que debía ser un hombre muy
bien relacionado.
La imaginación de toda esa gente no iba más lejos.
Ouspensky señaló que todas esas suposiciones demasiado
humanas acerca del Hombre Consciente se basaban en una exageración del hombre
corriente y mecánico.
Dijo que el Hombre Consciente era otra clase de hombre —un
hombre totalmente diferente del hombre ordinario—.
En suma, un Hombre Nuevo.
Ahora bien, de acuerdo con lo que sabemos y hemos oído,
nos aventuraríamos a pensar que el Hombre Consciente no se dejaría impresionar
por ninguna de las manifestaciones del amor de si o auto-simpatía tan
desenfrenadas en nosotros.
EN EFECTO, LAS ATACARÍA.
Este sería uno de los signos por el cual lo descubriríamos.
Nos diría probablemente de despojarnos de todas estas
cosas.
Otro de los signos seria LA AUSENCIA DE RESENTIMIENTO, lo
cual apunta a la posesión de una nueva voluntad.
Se ve en seguida que el Hombre Consciente no tiene una
voluntad fundada en el amor de sí o auto-simpatía.
El Hombre Consciente es el hombre que ha sufrido un
cambio de ser —en realidad una transformacion del ser—.
Como lo hemos señalado en comentarios recientes, ningún
cambio de ser es posible mientras el amor de sí permanezca sin cambio alguno; y
mientras el amor de sí siga siendo el mismo, la voluntad de sí sigue siendo lo
que era.
Dicho hombre seguirá obedeciéndose a sí mismo.
No reconocerá interiormente cosa alguna acerca de si
mismo.
No obedecerá interiormente al Trabajo, aunque pretenda
hacerlo exteriormente.
No renovará al hombre interior porque interiormente no
cree en ello.
Me extenderé ahora sobre el hombre exterior y el interior.
Tome estos términos en parte de una observación de Pablo
en una de sus epístolas a su grupo en Corinto.
Está hablando de la nueva fe aunque no había conocido al
Cristo: Escribe: "Por lo cual no desmayamos, sino que mientras nuestro
hombre exterior se corrompe, nuestro hombre interior se renueva de día en día"
(II Corintios, IV, 16).
Es este renovar —o hacer nuevamente fresco, tal como lo
dice la palabra griega— del hombre interior (eso), acompañado al mismo tiempo
por el perecer —o el desgastarse— del hombre exterior (exo), a lo cual debemos
prestar atención.
Nos recuerda la enseñanza-Trabajo acerca de hacer pasiva
a la Personalidad y activa a la Esencia.
Mediante el gradual descaecer de la Personalidad,
mediante el extraer energía de las reacciones mecánicas, que la hacen pasiva, LA
ESENCIA SE DESARROLLA.
ESTO ES, LA ESENCIA SOLO PUEDE DESARROLLARSE A EXPENSAS
DE LA PERSONALIDAD.
Cabe relacionar la Personalidad con lo de fuera (exo) o
parte externa de nosotros mismos que rodea La Esencia, y La Esencia con la
parte interior (eso) rodeada. (El Cristianismo esotérico se refiere al
significado interior de lo que Cristo enseñó: el Cristianismo Esotérico se
refiere al significado literal exterior y al ritual.)
Ahora bien, LA ESENCIA interna y su comprensión solo
puede crecer a través de lo que es genuino.
La mentira la mata.
LA VERDAD LA DESARROLLA.
Maurice Nicoll
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