NUESTRO MUNDO INTERIOR
Recuerde que al decir cosas malas está acumulando cargos
internos.
Diría más bien, después de haber pasado muchos años en El
Trabajo, que decir cosas malas es invitar la desdicha.
Empero, las gentes no ven que lo que dicen o piensan
afecta su vida.
Supongamos que a todo lo largo del día ha tomado sus
impresiones negativamente, tal vez lo sorprenda sentirse desdichado o
deprimido.
Esto quiere decir simplemente que al recibir sus impresiones
negativamente a todo lo largo del día no las observa y esto produce un mal
efecto sobre usted mismo.
¿No es extraordinario acaso que las gentes piensen que
pueden decir, hacer y comportarse y sentirse como les gusta en su lado interno
cuando ya están enteradas que no lo pueden hacer en la vida exterior porque,
por ejemplo, la policía las puede arrestar por calumnia?
El mundo externo y lo que le sucede tiene que ver con
nuestra primera enseñanza.
No se puede ir y matar a un hombre que nos es antipático,
porque la policía nos arresta.
El Trabajo es nuestra segunda enseñanza.
Ahora bien, en El Trabajo no se puede asesinar a una
persona en nuestro corazón sin sufrir las consecuencias.
El Trabajo se ocupa de desarrollar nuestro lado interno
de tal manera que el poder del Trabajo lo gobierne para que no nos comportemos
mal contra nadie en mente, corazón y alma sin sentir una pérdida de fuerza.
Estamos entre dos realidades, una dada por los sentidos y
la otra por nuestras relaciones con los Centros Superiores.
Una es externa y la otra interna y, agregaría, eterna.
Se ha dicho a menudo que este Trabajo se propone preparar
los centros inferiores para que reciban a los Centros Superiores.
Nuestros centros inferiores nos hacen enfrentar la vida,
en sus partes mecánicas, para que así aprendamos a tomar el ómnibus, a hablar,
a leer y, en suma, a vincularnos con la vida externa y visible.
Todo el Trabajo se refiere a vincularnos con el mundo
interno, que es representado en el diagrama por los dos Centros Superiores.
Aquí tenemos una gran paradoja.
No podemos vincularnos con el mundo interno, al cual Platón
llamo la Verdad, la Bondad y la Belleza, y que el Trabajo llama los dos Centros
Superiores (Centro Emocional Superior y Centro Intelectual Superior), a menos
de haber establecido buenas relaciones con el mundo externo.
A ello se refiere El Trabajo diciendo que un hombre debe
ser un Buen Amo de Casa hacia el mundo externo antes que pueda establecer
relaciones con el mundo interno.
Por lo tanto se dice en El Trabajo que a menos de ser un
Buen Amo de Casa, lo cual quiere decir haber establecido al menos buenas relaciones
con el mundo exterior, no se puede hacer el Trabajo.
Supongamos que alguien no es sino un vagabundo o un lunático
hacia el mundo externo, supongamos que nunca aprendió cosa alguna seriamente,
que nunca pudo hacer trabajo alguno y no sabe cómo ganarse la vida, entonces
temo mucho que no hizo lo necesario respecto al Buen Amo de Casa, y, en este
caso, si entra en este Trabajo, tendera desde luego a utilizarlo como una evasión.
Poco es lo que tengo que decir acerca de estas personas a
no ser que lo acepten y lo comprendan.
Hay que pagar el precio de la vida mediante un esfuerzo
de vida antes que se pueda esperar lograr algo más santo.
Si dicen cosas malévolas acrecentaran sus cargos
internos.
Quiero que hagan esta distinción muy claramente.
Si usted es simplemente un hombre, gobernado por la vida
y sus eventos externos —es decir, sus reacciones mecánicas a ellos— puede
comportarse como más le convenga, puede decir lo que más le convenga, puede
sentir y pensar como más le convenga.
Pero El Trabajo comienza en un hombre que ha empezado a
comprender que no puede pensar o sentir mecánicamente
con impunidad.
Los Centros Superiores están lejos o cerca segun el
estado interior de uno mismo.
Si el estado interior de una persona es un estado de
envidia, malevolencia, odio, amargura, juicio, el cuerpo psicológico de dicha
persona — esto es, su estado interior— esta húmedo, es un revoltijo empapado, y
nunca será capaz de conducir las vibraciones más elevadas de inteligencia y
significado que provienen de los Centros Superiores.
Por eso El Trabajo se inicia con la auto-observación, la observación
de lo que está pasando, la observación de cuál es el estado de una persona con
respecto a lo que está sucediendo en ella.
Esto forma un cuerpo psicológico.
El Trabajo se ocupa de desarrollar estas vinculaciones
interiores con los eventos —es decir, de qué manera se toman los eventos.
Si una persona no ve que esta simplemente gobernada por
los eventos, tampoco vera que esta manejada por la vida —esto es, que es una máquina—.
Es preciso comprender que si estamos identificados con
cada evento de vida, se está en la vida y uno no se distingue de ella.
Se está en todos los sentimientos que procura la vida, se
está en todas sus ansiedades, etc.
Se está muy lejos de darse el choque de transformar las
impresiones provenientes de la vida.
Por eso hay que observar en qué forma se reciben las
impresiones de vida, y se las transforma mediante nuestra comprensión del
Trabajo.
Entonces se empieza a oír a los Centros Superiores.
Maurice Nicoll
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