EL RECUERDO DE SI
PARTE V
EL RECUERDO DE SI
Esta noche hablaremos del recuerdo de sí.
Es necesario recordarse a si mismo todos los días, por lo
menos una vez.
En los escritos del pasado se hallan muchas descripciones
diferentes de esta práctica.
Citare una que se dio hace tres siglos.
Un discípulo pregunta a su maestro como puede llegar
"a la vida supe sensual y oír hablar a Dios".
El maestro replica: "Cuando puedas arrojarte en
AQUELLO, donde ninguna criatura mora, aunque sea por un instante, entonces
oirás hablar a Dios".
El discípulo le pregunto si el lugar donde ninguna
criatura moraba, donde nada creado moraba, estaba lejos o cerca.
El maestro dijo: "Esta en ti", y agrego que se
lo alcanza haciendo que cese, aunque sea por un solo instante, toda la voluntad
y el pensamiento —"cuando aquietes el pensamiento y la voluntad de ti y
puedas detener la rueda de la imaginación y los sentidos".
En realidad describe lo que en el Trabajo es llamado recuerdo
de sí.
Muchas veces es difícil oír El Trabajo cuando habla en
nosotros.
Por lo general estamos tan inmersos en la vida y en los
intereses egoístas de diversas clases que no podemos oír al Trabajo.
En el ejemplo que acabamos de dar el discípulo pregunta
cómo puede llegar "al estado super sensual y oír hablar a Dios".
Significa esto un estado que está por encima de la vida
de los sentidos.
¿Han pensado realmente alguna vez que es la vida de los
sentidos?
Son todas las preocupaciones diarias, los cuidados, los
contactos cotidianos, todo cuanto se ve y se oye, etc. a través de los
sentidos.
Uno ve que no hay suficiente alimento, o que las cacerolas
y sartenes están gastadas, o que ha perdido el ómnibus, etc.
Todo esto es la vida de los sentidos. !
Uno ve la guerra, el dinero!
Ve que la mesa está rota; ve una carta con malas
noticias; ve la enfermedad; ve un terremoto; ve su propia cara.
Todo ello es sensual —es decir, es vida transmitida por
los sentidos.
¿Cuántas veces nos hemos sentido trastornados porque la
luz eléctrica no anda bien, o a causa de otro ser humano, o porque no podemos
comprar lo que deseamos?
Es la vida tal como se experimenta por la vía de los
cinco sentidos.
Cabe preguntarse:
"¿Hay acaso otra vida fuera de mis negocios, de mi
trabajo, de mis preocupaciones diarias, de mi hogar, mi familia, mi hijo
enfermo, mi esto, mi aquello, etc.?"
En otras palabras, uno se pregunta:
"¿Hay acaso otra vida que no sea la vida
sensual?"
El esoterismo habla de otra vida.
El Trabajo se refiere a ella.
Es sabido cuantas veces dice el Trabajo que es preciso
transformar las impresiones que nos llegan del exterior.
Empero, pegados como estamos a la realidad sensorial que
nos domina en todos los instantes y hace de nosotros sus esclavos, no es fácil
ver más allá de la particular circunstancia que ejerce su influencia sobre
nosotros en un momento dado, como por ejemplo, el haber perdido nuestro boleto
o nuestra billetera o la grosería de alguien para con nosotros.
Cuando estamos sumergidos en un particular evento
exterior todo parece ser ese evento, ¿no es cierto?
Luego pasa y nos preguntamos qué sucedió.
Recuerdan lo que se dijo una vez — que la vida es una
serie de eventos o, si lo prefieren, el tiempo que pasa, hora tras hora, día
tras día, está compuesto de una estructura definida de eventos, que se
amontonan todo el tiempo en diferentes escalas —es decir, eventos personales,
eventos en la familia, eventos locales, eventos nacionales, eventos mundiales,
todos en escalas diferentes.
En un libro escrito hará cosa de ocho siglos por alguien
que pertenecía a las escuelas Sufí, el autor compara el recuerdo de si con la
subida a la superficie del mar y respirar aire.
"Este aire", dice, "es milagroso, y dura
todo un día, aún cuando este uno en el fondo del océano".
Cuando se está muy identificado con la vida, el recuerdo
de si es muy difícil.
También es difícil cuando nuestra actitud interior hacia El
Trabajo es equivocada.
Además, es difícil comprender el recuerdo de si cuando se
está identificado consigo mismo.
Cuando se hace, una práctica del recuerdo de si todos los
días, se empieza a tener la percepción de la continuidad de toda la vida.
Por otra parte, ello ayuda a advertir cuando se pierde
esta continuidad.
Cuando se siente esta continuidad y su perdida, se tiene
el objeto del Trabajo en el Centro Emocional.
Ese es el "sabor interior", el punto de partida
de la verdadera conciencia de Trabajo.
Maurice Nicoll
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