LA CONSIDERACIÓN EXTERNA. PARTE -I-
CONSIDERACION INTERNA Y CONSIDERACION EXTERNA I
Entre las muchas cosas que es preciso OBSERVAR EN
NOSOTROS mismos y sobre las cuales debemos trabajar, segun la enseñanza que
estamos estudiando, se encuentra el estado psicológico llamado consideración
interna.
Se refiere a un proceso que extrae gran cantidad de
fuerza de nosotros y, como todas las cosas que nos extraen nuestra energía INÚTILMENTE,
nos mantiene dormidos.
La consideración interna es un aspecto de la
identificación.
Como es sabido, el estudio de la identificación en todos
sus diferentes aspectos, es una de las formas más importantes de trabajo
práctico sobre sí.
Un hombre que se identifica con todo es incapaz de
recordarse a sí mismo.
Con el fin de recordarse a sí mismo es preciso no
identificarse.
Pero con el fin de aprender a no identificarse, un hombre
debe aprender ante todo a no identificarse consigo mismo.
Una de las formas más frecuentes de consideración interna
es pensar en lo que los demás piensan de nosotros, como nos tratan, y que
actitud muestran hacia nosotros.
Un hombre suele sentir que no le atribuyen bastante valor
y esto lo atormenta y hace que sospeche de los otros; ello provoca en él una
enorme pérdida de energía y hasta puede desarrollar una actitud desconfiada y
hostil.
Una forma de identificación estrechamente relacionada con
esta es la que se llama saldar cuentas.
Un hombre empieza a sentir que la gente le debe algo, que
merece ser tratado mejor, que merece más recompensas, más reconocimiento, y
anota todo esto en un libro de cuentas psicológico, cuyas páginas da vuelta
continuamente en su mente.
Y dicho hombre empieza a compadecerse a tal punto de su
suerte que es casi imposible hablarle de cosa alguna sin que se refiera
inmediatamente a sus sufrimientos.
Todas las cuentas de este género, todos los sentimientos
que se refieren a lo que nos debe la gente y a que no debemos nada, tienen
inmensas consecuencias psicológicas para el desarrollo interior del hombre.
En el Trabajo un hombre SOLO PUEDE CRECER mediante EL
PERDÓN A LOS OTROS.
Es decir, a no ser que salde sus deudas, nada puede
crecer en el hombre.
Lo dice la Oración del Señor:
"Perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos
a nuestros deudores".
El sentimiento de que a uno le deben, el sentimiento de
las deudas, pone fin a todo.
Es contenerse a sí mismo y contener a la otra persona.
Este es el significado interior de la observación de
Cristo que se refiere a hacer las paces con nuestros enemigos.
Dice:
"Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, en tanto
que estas con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y
el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. De cierto te digo que no
saldrás de allí, hasta que pagues el ultimo cuadrante."
(Mateo, V, 25, 26.)
Si se exige psicológicamente cada libra de carne o cada
"céntimo" del hombre que le debe algo a uno —es decir, si se obliga a
todos a pedir disculpas, a dar cumplida satisfacción y a humillarse, entonces
se estará bajo la exigente ley a la que Cristo advierte que es preciso escapar.
Es ponerse uno mismo en la cárcel —es decir, bajo leyes
innecesarias— y no se saldrá de ella mientras no se paguen todas las propias
culpas.
Pero hay una ley de misericordia —es decir, una
influencia más alta que la ley literal de ojo por ojo, que es la ley del hombre
violento.
Este es un ejemplo de "ponerse a si mismo bajo
nuevas influencias".
Si se desea ponerse bajo las mejores influencias que
provienen del Rayo de Creación, es preciso comportarse de un modo diferente,
tomar todo de un modo diferente —esto es, el trabajo—.
Es preciso ponerse primero bajo las influencias del
Trabajo y tratar de obedecerlas.
Significa ello que se debe prestar atención al Trabajo y
hacerlo.
En el Trabajo no se alientan ni las emociones negativas,
ni la consideración interior, ni el hacer cuentas, ni los sentimientos de
violencia, ni la envidia, etc.
Ahora bien, si se hacen cuentas interiores, siempre se
sentirá que alguien nos debe algo.
Reflexionemos sobre lo que esto significa; y entonces
tratemos de observar lo que significa en nosotros mismos y finalmente intentemos
hacer lo que dice El Trabajo —esto es, separarse—.
Y no vayan a creer que es fácil.
El Trabajo quiere decir trabajo —TRABAJO DURO— sobre sí.
Es preciso recordar que este Trabajo está destinado a
aquellos que verdaderamente quieren trabajar y cambiar.
No está destinado a quienes quieren cambiar el mundo.
Describiremos ahora más extensamente una forma de
consideración interna, pero es preciso comprender que esta forma se debe
observar en sí mismo.
Nadie puede trabajar sobre si sin observar lo que El
Trabajo le dice de observar en sí mismo y sin ver la cosa sobre la cual es
preciso trabajar.
Debe ser capaz de PERCIBIR
SU ESTADO INTERIOR
en un momento dado como algo distinto de
su cuerpo físico exterior y de lo que está haciendo.
Una vez que una persona es capaz de distinguir entre su
apariencia física y sus estados interiores, puede comenzar a trabajar.
Vera que tiene un cuerpo que obedece órdenes y una
psicología.
El Trabajo se ocupa de lo que una persona es
psicológicamente.
Hoy nos referiremos al aspecto del hombre llamado en el
Trabajo "Cantar su Canción".
Este es un cantar psicológico, no físico.
Se basa en la consideración interior —HACER LAS CUENTES
INTERIORES— es decir, sentir que a uno le deben y tenerlo bien grabado en la
memoria.
A este respecto todos tienen una canción que cantar.
Si se quiere conocer realmente qué clase de cuentas
interiores se han hecho a lo largo de la vida, se empieza por observar la
típica "canción".
Cuando en el Trabajo se llama a una persona un "buen
cantante", esto se refiere a la canción que canta.
A veces la gente canta su canción sin que se la aliente y
a veces, después de algunas copas de vino, comienzan a cantar francamente.
Las personas suelen cantar acerca de lo mal que las
trataron, de que nunca tuvieron una buena oportunidad, de sus pasadas glorias,
de que nadie entiende sus dificultades, que se casaron mal, que sus padres no
las comprendieron, que en realidad son buenas personas, que no las aprecian,
que no las comprenden, y así sucesivamente, y esto significa que todos son
culpables excepto ellas mismas.
Todo esto es hacer cuentas interiores, o más bien es el
resultado de hacer cuentas.
Esta 'es una forma de consideración interna.
Ahora bien, ¿por qué creen que en el Trabajo es necesario
hacer todo lo posible para librarse de las canciones?
¿Por qué es preciso reparar en ellas, hambrearlas,
expulsarlas de la posición central que ocupan en nuestra vida hasta que solo
canten en escasas ocasiones, con voz débil, y quizá, por último, hacerlas
callar para siempre?
Nos incapacitan interiormente.
Nos roban nuestra energía.
Se sonríe valientemente —todos conocemos esa valiente
sonrisa —y se dice que todo es mentira—.
En el Trabajo, alguien que canta bien no puede ir más
allá de sí mismo.
Es víctima de sus propias cuentas.
En cuanto algo se pone difícil empieza a cantar.
Esto lo detiene:
No puede crecer.
Quizá se eche a llorar.
No puede cambiar su nivel de ser.
No puede ir más allá de lo que es —es decir, un hombre
impedido por tristes canciones—.
Es un signo de ser lo que se es y para cambiar el ser es
preciso no ser lo que se es.
En lugar de trabajar sobre si, esa persona en situación
difícil, comienza a cantar en seguida, quizá bella y tranquilamente.
Si la critican o le hablan con dureza, se compadece a si
misma o se deja llevar por la ira, y siente que no la comprenden.
Y entonces comienza a cantar, ya sea suavemente para sí o
para los otros, en especial para la gente que le presta atención.
Muy a menudo una persona traba amistad con otra solo
porque le es fácil cantarle su canción, y si la otra persona le pide de pronto
que se calle, se ofende tan profundamente que corre en busca de un nuevo amigo
— una persona que lo comprenderá verdaderamente, tal como suele repetirse— como
si alguien pudiera comprender a otra persona con tanta facilidad.
"Si tan solo", dicen.
Para comprender a otra persona, es preciso primero
comprenderse a sí mismo, y esto solo se logra parcialmente después de un arduo
trabajo sobre si y de tener vislumbre de lo que uno es realmente.
Por cierto un buen cantante no se comprende a sí mismo.
Prefiere cantar la canción de no ser comprendido y sonar
así con un mundo maravilloso donde todas las cosas estén arregladas de tal modo
que él es la figura central.
Y esta actitud y estos sueños crean debilidad y, de
hecho, una verdadera enfermedad psicológica, y a veces un hombre debe pagar sus
consecuencias durante toda la vida.
Por así decirlo permitió que la vida lo venciera.
Pero es preciso comprender que esto no se aplica
únicamente a gente que no hace esfuerzo alguno, a gente que no se ha adaptado.
Se aplica también a gente que hace esfuerzos y que sin
embargo se siente defraudada porque les parece que la vida les debe las cosas
que nunca fueron capaces de lograr.
Sienten que deberían ser más felices y muchas veces
piensan que las otras personas parecen más felices.
Y las otras personas piensan lo mismo de ellas.
Y si bien no cantan su canción abiertamente, tal vez la
cantan secretamente para sí.
Sienten una tristeza interior, una sensación de
monotonía, una especie de cansancio interior o frustración a cuyo alrededor se
amontonan los pensamientos.
Hablare esta noche de las canciones interiores secretas.
Porque también ellas nos cierran el camino, y muy a
menudo no son observadas, aunque durante todo ese tiempo nos carcomen
secretamente la vida.
Solo una profunda observación de si las revelara.
Toda observación de si deja penetrar la luz en uno mismo.
Nada puede cambiar en nosotros a menos de ser llevado a
la luz de la observación de si —es decir, a la luz de la conciencia— y toda
observación de si hace al hombre más consciente de lo que está sucediendo en él.
Es preciso observarse a si mismo estando solo, del mismo
modo que al estar con gente.
La observación de si es atención interior.
No vayan a creer que al estar solo la atención interior no
es necesaria.
Cuando uno está solo, "Yoes" muy diferentes,
formas de imaginaciones diferentes, pensamientos diferentes, estados de ánimo
diferentes, se presentan.
No hay que pensar que se está necesariamente bien
acompañado cuando se está solo.
Es muy fácil estar mal acompañado y empero ni siquiera se
le ocurre a uno observar donde está en si mismo y quiénes son los compañeros
que están en uno mismo.
Los "Yoes" más negativos y peligrosos se
presentan cuando uno está solo.
Se tienen canciones bien escritas que solo acuden cuando
uno está solo —cuando se siente que nadie nos está mirando.
Sí, pero uno debe mirar.
Nunca hay que sentirse como si nadie nos estuviese
mirando, simplemente porque la puerta está cerrada.
Ni tampoco sentir que se abandona uno a los peores
"Yoes" negativos porque está solo y por lo tanto puede comportarse
como mejor le parezca en sí mismo.
Es preciso cultivar la idea completamente nueva de la
propia responsabilidad para consigo mismo a este respecto.
Creer que es posible dormir en si mismo solo porque no
hay nadie y que, debido a ello, se puede gozar de toda la charla interior
negativa, es no tener un concepto exacto de lo que significa El Trabajo.
Significa que no se tiene SINCERIDAD INTERIOR —y el
Trabajo exige ante todo SINCERIDAD INTERIOR porque es una cosa esencial.
En la vida guardamos las apariencias exteriores.
Pero en El Trabajo es muy diferente.
Se ocupa de lo que ocurre en nosotros — dentro de
nosotros, en nuestros pensamientos y sentimientos.
Mediante el trabajo interior sobre nosotros cuando
estamos solos, podemos cambiar muchas veces toda nuestra situación exterior.
Pero no lo podemos hacer sin sinceridad interior y sin
observar cuales son los "Yoes" que en nosotros están mintiendo o TERGIVERSANDO
las cosas.
Quizá tengamos el propósito de no ser negativos con
alguna persona, pero si estamos solos y dejamos que nuestros "Yoes"
negativos digan lo que les da la gana y no hacemos esfuerzo alguno para no
identificamos con ellos, entonces no trabajamos sinceramente —y podemos
desbaratar una semana de trabajo en unos pocos instantes—.
Si no nos dejamos llevar por los "Yoes"
negativos en público, pero nos abandonamos a ellos a solas, ¿qué creen ustedes
que estamos haciendo?
Por cierto, ni siquiera empezamos a comprender lo que
significa El Trabajo.
Debemos manejar a una persona con quien estamos
trabajando con tanto cuidado y tanta conciencia en nuestros pensamientos y
sentimientos interiores como lo hacemos exteriormente por cortesía.
Si no podemos ver lo que esto significa, entonces no
vemos lo que significa la observación de sí.
En cierta oportunidad estaba sentado con el Señor
Ouspensky.
Guardábamos silencio.
Me miro sonriente y me pregunto por qué estaba tan
triste.
Le conteste que me había dado cuenta de que estaba
triste.
Me dijo: "Es un hábito”.
Esta escuchando a algunos 'Yoes' que cantan una canción
triste y lejana, quizá una canción sin palabras o palabras que ha olvidado.
Trate de observarlo.
“Le extrae su fuerza y es completamente inútil".
Y agrego: "Este es un ejemplo que muestra como la
Luna lo está comiendo".
Lo doy como ejemplo de lo que en este comentario llamo
"canciones interiores secretas".
Sabemos que el Trabajo habla a veces de sacrificio —que
es preciso sacrificar algo con el fin de obtener otra cosa—.
¿Qué nos aconseja El Trabajo sacrificar ante todo?
Dice que es preciso sacrificar nuestro sufrimiento.
Muchas veces expresamos nuestro sufrimiento en canciones,
articuladas e inarticuladas.
Les llamo la atención aquí sobre las canciones interiores
inarticuladas que es preciso observar y que nos hacen perder fácilmente nuestra
fuerza, sin que nos demos cuenta de lo que está sucediendo.
Son, por así decirlo, extrañas y tristes relaciones que
tenemos con nosotros mismos, que NOS ROBAN LA FUERZA y que no notamos porque
son hábitos.
Maurice Nicoll
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