PRINCIPIOS DE LA RELATIVIDAD Y DE LA ESCALA.
LA LEY DEL TRES Y LA LEY DEL SIETE.
Debemos hablar del LUGAR del hombre en EL MUNDO, porque
de ahora en adelante deberemos ESTUDIAR siempre al hombre en conexión con su
LUGAR, puesto que hay muchas cosas acerca de nosotros, acerca de lo que es
posible para nosotros y lo que es imposible, que están conectadas con esto.
En la primera plática dije que debemos ESTUDIAR AL HOMBRE y, paralelamente con eso, debemos ESTUDIAR AL MUNDO en el que el hombre vive, a
fin de tratar de entender por qué el hombre es lo que es y por qué no puede ser
diferente.
No podemos encontrar respuestas a todas estas preguntas si
estudiamos al hombre separadamente del mundo en el que vive.
En cierto sentido, el hombre es ANÁLOGO AL UNIVERSO; las
mismas leyes operan en él y hallaremos que es más fácil entender algunas de
estas leyes, estudiando al hombre, mientras otras leyes las podemos entender
mejor, estudiando al universo.
Pero, primero que todo, debemos comprender las
LIMITACIONES de nuestra percepción y nuestro poder de pensamiento; de modo que
este estudio incluye también EL ESTUDIO DE NUESTRAS LIMITACIONES.
El sistema amplía muchísimo nuestro conocimiento, pero no
puede obrar milagros.
Si tratamos de pensar en el mundo aparte de nosotros
mismos y verlo como es, incluso desde el punto de vista físico con la ayuda del
telescopio o del microscopio, comprenderemos cuan limitadas son nuestras
capacidades de percepción, pues están limitadas por el tamaño.
Y nuestra capacidad para la visión mental es
infinitamente más limitada.
Aunque fuéramos a ponernos en contacto con la fuente del
conocimiento pleno, tales como somos no podríamos tomarlo ni usarlo, pues,
aunque podemos saber más de lo que corrientemente sabemos, en nosotros hay UN LÍMITE DEFINIDO: EN NUESTRA MENTE.
De modo que debemos conocer todas nuestras limitaciones
y, entonces, cuando conozcamos el poder de nuestro instrumento, sabremos qué
podemos conseguir.
La primera idea del sistema es que, hasta cierto punto,
podemos mejorar este instrumento para adquirir conocimiento: esta es la idea
del mejoramiento de sí.
Si recuerdan, dije que, desde el punto de vista de este
sistema, sólo EL CONOCIMIENTO DEL TODO puede considerarse como conocimiento,
pues el conocimiento de una parte, SIN SU RELACIÓN CON EL TODO, no es conocimiento
sino ignorancia.
Podemos tener este conocimiento, sólo que no nos damos
cuenta y, no entendemos que en relación con todo, el conocimiento empieza con
el conocimiento del todo.
Tomen, por ejemplo, esta caja de fósforos.
Si la miro a través de una estrecha ranura sólo veré una
partecita de ella y nunca obtendré la idea de la caja de fósforos como un todo.
Lo mismo ocurre con todas las cosas.
Casi todo lo que llamamos conocimiento no es realmente
conocimiento, porque es meramente conocimiento de una pequeña parte, sin
conocer el lugar de esta parte en el todo.
Hay cierto libro de aforismos que dice: Conocer significa
conocerlo todo.
Conocer una parte de algo significa no conocer.
No es difícil conocerlo todo, porque a fin de conocerlo
todo uno tiene que conocer muy poco.
Pero a fin de conocer este poco, uno tiene que conocer
bastante.
De modo que hemos de empezar con este
"bastante", con la idea de llegar a este "muy poco" que es
necesario para el conocimiento de todo.
El conocimiento de todo es posible con el uso de dos
principios: EL PRINCIPIO DE LA RELATIVIDAD y EL PRINCIPIO DE LA ESCALA.
Si hablamos sobre el mundo, es necesario conocerlo todo
acerca del mundo, y podemos conocer todo lo que necesitamos conocer acerca de
él SI TOMAMOS TODAS LAS COSAS EN DIFERENTES ESCALAS.
Podemos conocer mucho más de lo que conocemos
corrientemente si estudiamos las cosas conmensurables con nosotros y que tienen
relación con nosotros en una escala, y cosas que están más alejadas de nosotros
y que no tienen relación definida con nosotros, en otra escala, más pequeña, de
un modo más abstracto.
De esta manera, podemos obtener toda la cantidad
necesaria de conocimiento sin aprender demasiado, y este conocimiento incluirá
poquísimas cosas inútiles, porque si aprendemos todo indiscriminadamente, no
conoceremos las cosas necesarias.
Por ejemplo, conocen su casa en una escala proporcionada
a su cuerpo, pero la ciudad en que viven la conocen en una escala mucho más
pequeña.
Algunas partes las conocen bien, otras partes no tan
bien, pero no hay parte de ella que conozcan tan bien como su propia casa.
Y a Inglaterra la conocen en una escala más pequeña aún,
Europa en una escala más pequeña todavía, y así sucesivamente.
Ahora les recordaré lo que dije en la primera plática con
respecto al estudio del mundo y las dos leyes fundamentales que lo gobiernan, y
puntualizaré lo que deben recordar y cómo deberán recordarlo.
Estas leyes universales están realmente más allá de
nuestra mente, de modo que, con todo el deseo de estudiarlas, no entenderán
mucho más que palabras.
Pero incluso esto es útil.
Con la ayuda de estas palabras, podrán reconstruir sus
criterios del universo y colocar al hombre en el lugar correcto en relación con
los diferentes mundos.
Lo primero que hay que recordar es lo que dije sobre LA LEY DEL TRES: que todo en el mundo, todas las manifestaciones de la energía,
todas las clases de acción, sea en el mundo o en la actividad humana, internas
o externas, son siempre manifestaciones de TRES FUERZAS que existen en la
naturaleza.
Estas fuerzas se llaman activas, pasivas o
neutralizadoras, o primera, segunda y tercera.
Debe entenderse que no difieren una de la otra como la
actividad y la pasividad difieren en nuestro entendimiento corriente de estos
términos.
Las fuerzas activas y pasivas son activas, pues una
fuerza no puede ser pasiva.
Pero hay cierta diferencia en su actividad, y esta
diferencia constituye toda la variedad de fenómenos que existen en el mundo.
Las tres fuerzas trabajan juntas, pero una de ellas predomina
en cada combinación.
Al mismo tiempo, cada fuerza que es ahora activa, puede
volverse pasiva o neutralizadora en el momento siguiente, en otra tríada.
Cuando tres fuerzas se encuentran juntas, suceden las
cosas.
Si no sobrevienen juntas, no ocurre nada.
Desde este punto de vista, la materia deberá tener
también ciertas denominaciones definidas de acuerdo con la fuerza que trabaja a
través de ella: ya sea orgánica o inorgánica, elemento químico o compuesto.
¿A qué se llama Carbono?
Cuando la fuerza activa pasa a través de algún género de
materia, se llama Carbono.
¿A qué se llama Oxígeno?
Cuando la fuerza pasiva pasa a través de ella, se llama
Oxígeno.
¿A qué se llama Nitrógeno?
Cuando la fuerza neutralizadora trabaja a través de ella,
se llama Nitrógeno.
¿A qué se llama Hidrógeno?
Y cuando la materia es tomada sin relación con la fuerza
que trabaja a través de ella, se llama Hidrógeno.
Al principio, estos nombres han de tomarse simplemente
como rótulos.
Así, la Ley del Tres introduce la relatividad en nuestra
definición de la materia, pues en vez de un hierro tenemos cuatro hierros, en
vez de un cobre tenemos cuatro cobres, etc.
El padre, la madre, el hijo; carbono, oxigeno, nitrógeno.
La familia es hidrógeno.
El comienzo de una nueva familia es el hijo.
Al pensar corrientemente comprendemos la existencia de
dos fuerzas: la acción y la resistencia, la electricidad positiva y negativa,
etc.
Pero, en este estado de la consciencia, no vemos que tres
fuerzas están siempre presentes en cada acontecimiento, en cada fenómeno, y que
sólo una conjunción de tres fuerzas puede producir un acontecimiento.
Dos fuerzas no pueden producir nada: sólo girarán en
torno una de la otra sin resultado alguno.
Lleva largo tiempo EMPEZAR A VER tres fuerzas en las
cosas: por alguna razón somos la tercera fuerza ciega, aunque podemos
observarla en muchas reacciones químicas y fenómenos biológicos.
Aunque entendamos plenamente que nada puede suceder sin
la presencia de los tres elementos en total, en relación con nosotros nos
inclinamos por olvidarlo o pasarlo por alto.
Ni siquiera observamos plenamente dos fuerzas y, por lo
general, ESPERAMOS QUE SUCEDAN LAS COSAS cuando sólo está presente una fuerza.
Después verán que, si quieren producir cierto efecto o
cierta acción y falta una fuerza, no obtendrán resultado.
En algunos casos puede no existir la fuerza pasiva y
entonces no ocurre nada, pues si no hay fuerza pasiva, no hay material.
En otro caso, puede faltar la fuerza activa o
neutralizadora, y nuevamente no pueden hacer nada.
Si tratan de encontrar manifestaciones de las fuerzas
primera y segunda, a veces podrán hallar manifestaciones de la tercera.
Eso requiere observación, y no puede demostrarse sino por
ustedes mismos.
En psicología, muchas cosas pueden explicarse por la
necesidad de la tercera fuerza.
Esto explica también por qué no podemos
"hacer": no podemos aportar la tercera fuerza.
Y sin la tercera fuerza, no puede ocurrir la acción, u
ocurre de manera distinta de la que nos propusiéramos que ocurriera.
A veces vemos a la fuerza neutralizadora, sólo que
estamos equivocados sobre su naturaleza.
Por ejemplo, a menudo la vemos como resultado, cuando en
realidad existe antes de la primera y la segunda.
Cometemos muchos errores acerca de las tres fuerzas, pero
es muy útil pensar en esto.
OUSPENSKY
No hay comentarios:
Publicar un comentario