¿QUÉ ES EL RECUERDO DE SÍ?
¿Cómo se puede experimentar de un modo definido el sabor
del recuerdo de sí?
El recuerdo de sí es, desde un aspecto la práctica de
cierta relación de conciencia con el propio cuerpo y a través de él con el
mundo tal como es dado por los sentidos.
Si lo tomamos así, luego hay tres cosas:
Conciencia
El cuerpo con sus sentidos externos y…
El mundo externo de cosas y gentes.
Si se puede lograr y mantener esta relación, se
experimentará de un modo muy definido el sabor del recuerdo de sí.
Se le saborea mientras se pueda mantener la triple
relación.
El recuerdo de sí, que tiene tantas variedades formales,
significa moverse hacia adentro.
Significa llegar a ser consciente en un nivel más
interno.
Por ejemplo, al llegar a ser más consciente del Señor
Maurice Nicoll, empiezo a sentirme distinto del Señor Maurice Nicoll, y darme
cuenta que toda mi vida he estado identificado
con el Señor Maurice Nicoll y que Nicoll NO ES EN REALIDAD YO.
Todo recuerdo de sí tiene que ver con el hecho de que
hemos bajado a la tierra y que aquí la vida no corresponde a aquello para lo
cual hemos bajado; y en nosotros algo lo sabe, esto es, no lo ha olvidado, y
esto quiere decir que lo recuerda.
Examinemos a un hombre que está en la vida y recuerda al
mismo tiempo El Trabajo y lo aplica.
Dicho hombre lleva una doble vida,
Y es exactamente ahí donde está el punto de partida.
Tendrá que hacer cierta clase de esfuerzo.
…Verá la vida exterior como una cosa…
…Y sus efectos sobre él como otra.
Verá los dos simultáneamente.
Este es un esfuerzo correcto, y una de las primeras
definiciones del primer choque consciente.
Es consciente exterior e interiormente.
Veamos un ejemplo:
A un hombre le sucede algo en la vida que lo deprime, si
es un hombre que no trabaja sobre sí, su situación es la siguiente.
Está derrotado por este evento característico.
Se identifica con la depresión que dicho evento le
provoca.
Si dicho hombre está en El Trabajo Psicológico, percibe
su depresión y percibe lo que la causa,
Percibe a un tiempo la impresión y su depresión…
…y empero no está ni en una ni en la otra.
Así se formula el esfuerzo correcto.
Más para hacerlo debe mantenerse más o menos despierto y
no identificarse con los efectos de las impresiones entrantes -con los diversos eventos con los cuales se
topa inevitable e ineludiblemente en todo momento.
Encarar la vida diferentemente no es intentar modificarla
sino empezar a percibir los efectos ejercidos por la vida sobre uno mismo y no
ser simplemente estos efectos.
Comprender lo que esto significa, es siempre una gran
ayuda.
En la vida hay cierto número de aconteceres que siempre
se repiten, no sólo para una persona sino para todas.
En este momento, digamos, sesenta millones de personas se
sienten deprimidas por no haber recibido algo que esperaban.
Sí, -y usted es
una de ellas, supongamos-.
Así se siente deprimido
-y no es tan sólo sentirse deprimido, sino que usted es la depresión
misma y la depresión es usted.
Ahora bien, aquí el esfuerzo correcto radica en percibir
la causa y percibir el efecto que ejerce esta causa en uno mismo y estar
consciente de ambas.
De este modo se
logra un verdadero conocimiento de la máquina humana.
La mayoría de la gente ha experimentado momentos de
recuerdo de sí una o dos veces en la vida.
Pero ahora debemos trabajar por ellos.
Y una cosa que es preciso notar, con el fin de ponerse en
contacto con los centros superiores con el hombre o mujer superior, es que
debemos separarnos de las emociones negativas, y muchas otras cosas que El
Trabajo nos enseña en la práctica.
Pero al hacer este trabajo y no meramente escucharlo nos
permite acercarnos a lo que es llamado “CREARSE UNO MISMO” que quiere decir
empezar a ponerse en contacto con lo que ya está allí… pero con lo cual hemos
perdido todo contacto debido a la hipnosis de la vida externa.
Si nada hubiera allí para devenir, luego ¿qué?
Así esotéricamente, somos llamados semillas.
Como es sabido, nuestro propósito es lograr el tercer
estado de conciencia llamado el estado de recuerdo de sí, de conciencia de sí y
de percepción de sí.
Únicamente ese estado puede nutrir la parte esencial de
uno que sólo la verdad hace crecer.
La detención de los pensamientos y el relajamiento, cuya
práctica cotidiana es tan importante, es una forma de recuerdo de sí.
Es preciso recordar que cuando estamos identificados con
nuestros pensamientos, sentimientos, emociones y sensaciones, con nuestros
agravios, nuestros monólogos interiores, nuestra auto-justificación, hacerle la
cuenta a otro, etc. Estamos imposibilitados de recordarnos a nosotros mismos.
Estamos en lo más reñido de las cosas, en medio del ruido
del tránsito, en medio de la multitud.
Sólo en la quietud puede llegarnos la ayuda de las partes
superiores de nuestros centros, de los mismos centros superiores, que están
plenamente desarrollados y están siempre trabajando en nosotros,
…pero que sólo pueden ponerse en contacto con nosotros
cuando estamos en el tercer estado de conciencia -esto es, en algún grado de recuerdo de sí.
Un acto de recuerdo de sí es el intento de hacernos
regresar al interior de nosotros mismos y de este modo a nuestro verdadero
centro de gravedad.
Otra forma de recuerdo de sí es llamada la “detención
interior” en uno mismo.
Esto se hace en relación con la observación de sí.
Por ejemplo, observa que está empezando a hablar de un
modo mecánico, o que alguien lo fastidia, etc. Entonces hace una “detención
interior”.
Pero esto es preciso hacerlo de un modo completo, como si
se cortase algo.
…No tiene importancia si después las cosas que trata de
detener regresan…
En la práctica del “stop interior”, se permanece inmóvil
en cuanto a la mente.
Los pensamientos pasan, nos hablan, nos preguntan qué
estamos haciendo y otras cosas semejantes, pero no les prestamos atención.
Se ve en seguida que el “stop interior” está conectado
con una forma de recuerdo de sí.
Ahora bien, es preciso señalar que el ejercicio del “stop
interior” no es lo mismo que detener los pensamientos.
Tratar de detener los pensamientos; y si es sincero en lo
que respecta a esta experiencia -y no se
puede trabajar a menos de serlo-
Admitirá que no es posible detenerlos.
Pero permanecer inmóvil in mente es otra cuestión.
Se puede permanecer internamente inmóvil in mente, del
mismo modo que el cuerpo puede permanecer externamente inmóvil en el mundo.
Ahora bien, ¿qué produce la inmovilidad?
¿Qué virtud posee?
En la naturaleza se hace amplio uso de la inmovilidad con
un propósito definido.
El movimiento es la primera cosa que se nota.
El ojo percibe el movimiento antes de ver el color o la
forma.
La detención de todo movimiento es un recurso común en el
mundo animal para escapar a la atención.
Su objeto no es el de fingir la muerte, sino el de llegar
a ser invisible.
La aminoración del movimiento hace asimismo que la
detención sea más difícil, tal como ocurre cuando un gato acecha a un pájaro.
Practicar el “stop interior” en la mente se asemeja a
quedarse inmóvil en el espacio.
Uno no es observado.
Sí, -¿pero no
observado por quién?-.
En la mente uno está rodeado por diferentes “yoes”.
Cada uno de ellos desea que uno crea que es él.
Cada uno desea que uno hable en su nombre.
De pronto no nos pueden encontrar.
Nos buscan por todas partes.
Les aseguro que se puede experimentar la búsqueda y el no
encontrarnos.
…Entonces se recuerda que no se telefoneó al médico…
El efecto es similar a un súbito movimiento en la selva.
Todos los animales y aves y reptiles acuden al instante
al lugar en que nos encontramos.
Las acostumbradas preocupaciones, vanidades y ansiedades
se apoderan de nosotros una vez más.
Los animales y aves rugen y chillan y los “yoes” gritan…
…LO HEMOS ATRAPADO…
Y este es el fin de lo que se Es realmente en ese
momento.
Somos desmembrados otra vez.
Una persona que nos observa desde el exterior tendrá
conciencia de una súbita mirado de ansiedad, de un movimiento rápido, de pasos
apresurados y de una voz urgente por teléfono.
Tal vez se dé cuenta que uno estará “fuera” por el resto
del día.
Estará fuera de sí.
No exagero al decir que es lo mismo que arrojarse a los
leones o ahogarse en el mar.
Quiero decir, que es un “suicidio” y todos nos
“suicidamos” una y otra vez sin que nadie en la vida del mundo nos lo señale.
Tan sólo El Trabajo, que proviene de fuentes que están
fuera de la vida del mundo, nos lo señala.
No sólo nos señala que nos estamos “suicidando” diaria y
cotidianamente, sino que nos muestra con mucha paciencia como no hacerlo.
Maurice Nicoll
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