LAS EMOCIONES NEGATIVAS
Estas emociones son un fenómeno terrible.
Ocupan un enorme lugar en nuestra vida.
Se puede decir de mucha gente que todas sus vidas están
reguladas y controladas, y al final arruinadas, por emociones negativas.
Al mismo tiempo las emociones negativas no desempeñan
ningún papel útil en nuestras vidas.
No nos sirven de orientación, no nos dan ningún
conocimiento, no nos guían de una manera sensible.
Por el contrario, malogran todos nuestros placeres, hacen
de la vida una carga para nosotros, e impiden muy efectivamente nuestro posible
desarrollo porque no hay nada más mecánico en nuestra vida que las emociones
negativas.
Todos podemos llegar a controlar y destruir las emociones
negativas después de un arduo trabajo sobre sí.
La gente que cree que puede controlar sus emociones
negativas, sin un trabajo previo… y manifestarlas cuando quieren, simplemente
se engañan a sí mismas.
Las emociones negativas dependen de la identificación; si
en un caso particular se destruye la identificación, ellas desaparecen.
Lo más extraño y fantástico sobre las emociones negativas
es que la gente en realidad LAS ADORA.
Creo que para un hombre mecánico ordinario, lo que más le
cuesta advertir es que las propias emociones negativas y las de los demás no
tienen ningún valor y que no contienen nada noble, nada hermoso, ni nada
fuerte.
En realidad las emociones negativas no contienen otra
cosa que debilidad y muy a menudo el comienzo de la histeria, de la locura, o
del crimen.
La única cosa buena de ellas es que, siendo totalmente
inútiles y habiendo sido creadas artificialmente por la imaginación y por la
identificación, SE PUEDEN DESTRUIR sin que ocasionen ninguna pérdida.
Y ésta es la única posibilidad de escapar que tiene el
hombre.
Si las emociones negativas fueran útiles o necesarias
para cualquier propósito, siquiera el más pequeño, y si ellas fueran una
función de una parte del centro emocional cuya existencia fuera real, el hombre
no tendría ninguna posibilidad porque no es posible ningún desarrollo interior
mientras un hombre conserve sus emociones negativas.
En el lenguaje de escuela, sobre el tema de la lucha
contra las emociones negativas, se dice: El hombre debe sacrificar su
sufrimiento.
"¿Qué podría ser más fácil de sacrificar?",
dirá todo el mundo.
Pero en realidad la gente sacrificaría cualquier cosa
antes que sus emociones negativas.
No hay placer ni satisfacción que el hombre no estaría
dispuesto a sacrificar, incluso por razones muy triviales, pero NUNCA
sacrificaría su sufrimiento.
Y en cierto modo hay una razón para ello.
De manera bastante supersticiosa, el hombre espera ganar
algo al sacrificar sus placeres, pero no puede esperar nada por el sacrificio
de su sufrimiento.
Está lleno de falsas ideas sobre el sufrimiento: aún cree
que el sufrimiento le es enviado por Dios, o por los dioses, como castigo o
para su educación y hasta tendrá miedo de oír que es posible librarse de su
sufrimiento de manera tan simple.
La idea se hace todavía más difícil de comprender debido
a la existencia de sufrimientos de los cuales el hombre realmente no se puede
liberar, y de muchos otros sufrimientos que están basados enteramente en la
imaginación del hombre, y a los cuales no puede ni quiere renunciar, como la
idea de injusticia, por ejemplo, y la creencia en la posibilidad de destruir la
injusticia.
Además de esto, muchas personas no tienen otra cosa que
emociones negativas.
Todos sus "yoes" son negativos.
Si se les quitara las emociones negativas, simplemente
colapsarían y se volverían humo.
¿Y qué le pasaría a toda nuestra vida, sin emociones
negativas?
¿Qué le pasaría a
lo que llamamos arte, al teatro, al drama, a la mayoría de las novelas?
Desgraciadamente en el mundo hay poca probabilidad de que
desaparezcan las emociones negativas.
Las emociones negativas sólo pueden ser vencidas y sólo
pueden desaparecer con ayuda del Trabajo Psicológico y ayuda Divina.
La lucha contra las emociones negativas es una parte del
entrenamiento de escuela y está íntimamente ligada con todo el trabajo de
escuela.
Si las emociones negativas son artificiales, anormales, e
inútiles, ¿cuál es su origen?
Como no conocemos el origen del hombre, no podemos
discutir esta cuestión, y sólo podemos hablar de las emociones negativas y de
su origen en relación con nosotros mismos y con nuestras vidas.
Por ejemplo, al mirar a los niños podemos ver cómo se les
enseña emociones negativas y cómo las aprenden ellos por sí mismos a través de
la imitación a los adultos y a los otros niños.
Si desde temprana edad se pusiera a un niño entre gente
que no tiene emociones negativas, probablemente él tampoco las tendría, o
tendría tan pocas que podrían ser fácilmente vencidas con la educación
adecuada.
Pero en la vida real las cosas suceden muy
diferentemente.
Con la ayuda de todos los ejemplos que puede ver y oír,
con la ayuda de la lectura, del cine, etc., un niño de alrededor de diez años
ya conoce toda la gama de emociones negativas y puede imaginarlas,
reproducirlas, e identificarse con ellas tan bien como cualquier adulto.
En los adultos las emociones negativas están apoyadas por
la constante justificación y glorificación que de ellas hacen la literatura y
el arte, y por la auto justificación y auto indulgencia personal.
Aun cuando nos cansan, no creemos que podamos librarnos
completamente de ellas.
En realidad, tenemos mucho más poder de lo que creemos
sobre las emociones negativas, particularmente desde el momento en que ya
sabemos lo peligrosas que son y qué inaplazable es la lucha contra ellas.
Pero les encontramos
demasiadas disculpas, y nadamos en las aguas de la autocompasión y del egoísmo,
según sea el caso, encontrando culpa en todo, excepto en nosotros mismos.
Maurice Nicoll
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