VER SIN ASOCIACIONES NEGATIVAS
Hemos oído decir en muchas ocasiones que si pudiéramos
ver sin las asociaciones mecánicas establecidas en nosotros, veríamos en
realidad como son las gentes y las cosas.
Las impresiones caen desdichadamente en una red de
asociaciones que nos impiden después de cierta edad ver el significado esencial
de las cosas.
Vemos la vida, por así decir, a través de una espesa red,
una telaraña, de asociaciones, y en consecuencia no vemos nada.
La mayoría de las asociaciones conducen a las partes
negativas de los centros.
Cuando tenemos un momento de amor nos exalta por encima
del poder negativo del Centro Emocional y todo lo que vemos cae en los centros
mismos y no en la red de asociaciones sobrepuesta, a los centros.
Recuerdo un momento así en que los ómnibus, el bullicio,
la lluvia, el transito, y los aburridos rostros de las gentes, no tocaban
asociativamente parte alguna del Centro Emocional negativo.
Estaba momentáneamente libre.
Es por eso por lo cual el Trabajo dice que hemos de
trabajar sobre las asociaciones negativas porque son muchas las impresiones que
estimulan esa parte negativa, en nosotros, la que, si no nos separamos de ella,
cierra todos los Centros Superiores y nos aleja de sus influencias.
Ahora bien, no podemos, salvo de una manera artificial,
mirar cosa alguna sin asociaciones.
Y si se pudiera hacerlo, nos dejaría por completo
extraviados.
Pero podemos ver las cosas gradualmente sin tantas
asociaciones negativas.
Aquella oportunidad en que experimente ese momentáneo
estado que acabo de mencionar, no percibí cosa alguna negativamente y así supe
que estaba en un estado especial que no tardaría en desaparecer pero que era
maravilloso mientras duraba porque me producía una sensación de libertad.
Al mismo tiempo no veía cada cosa sin asociaciones,
porque hubiera sido demasiado sorprendente y pavoroso.
Agregare que hacerse el propósito de no ver lo que
siempre se ve a través de las emociones negativas es un muy buen propósito para
toda la vida y nos procura el sentimiento de vivir más conscientemente, el
sentimiento de ser más consciente de lo que se está haciendo y pensando.
A este respecto me referiré ahora a las actitudes.
El Trabajo enseña que hay que poner algo entre la
recepción de la vida externa en forma de impresiones-sentido y la manera en que
tomamos dichas impresiones.
Esto es fundamental en el lado practico del Trabajo y
debe ser repetido una y otra vez hasta que veamos que significa el trabajo
practico sobre si, es decir, la transformacion de las impresiones.
Si no interviene la concientidad entre la recepción de
impresiones y el efecto que producen sobre nosotros, estamos técnicamente
dormidos.
Si, podemos vivir, hablar, argumentar, querellarnos,
comer, andar de un lado para otro, pero en todo ese tiempo nada somos sino
maquinas manejadas por las impresiones-sentido entrantes y nuestras reacciones
mecánicas a ellas.
Creo, segun mi experiencia, que después de muchos años se
ve de súbito lo que significa trabajar, esto es, darse a sí mismo el Primer
Choque Consciente.
Ahora bien, las actitudes nos impiden trabajar.
Estamos llenos de actitudes adquiridas a través de
nuestra educación y de influencias que actuaron sobre nosotros en nuestra
primera juventud.
El Trabajo, entre otras definiciones, define una actitud
como algo que nos induce a reaccionar sin pensar.
El hombre que apoya los codos en la mesa cuando come
puede ser un extraordinario músico o poeta, pero todo lo que se capta de él es
que pone los codos en la mesa y por lo tanto una actitud adquirida hace que se
lo juzgue de una manera inadecuada.
La actitud obra prescindiendo del pensamiento.
Pero en este Trabajo debemos pensar.
Citare una vez mas lo que dice Ouspensky: "Las
actitudes nunca piensan." Se originan en el Centro Intelectual y obran por
sí mismas.
Obran automáticamente.
Por ejemplo, el Centro Intelectual de una persona, tal
como es, no tiene por lo general sino actitudes fijas, y casi siempre actitudes
negativas, de modo que el Centro Intelectual no puede ser empleado para el
pensar individual.
Las actitudes obran automáticamente.
Cuando una persona habla desde las actitudes se lo
descubre en seguida.
Uno se aburre, empieza a bostezar, se tiene ganas de
excusarse y escapar.
¿Por qué ocurre esto?
Porque dicha persona no piensa por sí misma.
Si se ve a una persona llena de actitudes y nada más, se
conoce en seguida que es imposible hablar con ella.
En suma, se sabe que no se puede liberar su pensar de
esas actitudes adquiridas que han bloqueado el Centro Intelectual y lo han
vuelto impotente.
Ahora bien, para poner fin a este comentario, cabe
comprender que para liberarnos de las asociaciones negativas, debemos observar
nuestras actitudes, ya que por lo general son negativas.
Maurice Nicoll
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