domingo, 3 de junio de 2012

VANIDAD…

VANIDAD…

El triangulo inferior puede significar el "yo" de la vanidad.
El triangulo superior puede significar El Trabajo Psicológico, Las Ideas, El Rayo de la Creación, Los Centros Superiores, etc.

P.- ¿Todo lo que se hace por vanidad se pierde?

Todo lo que se hace genuinamente permanece en uno y nos ayuda en los momentos difíciles, y todo lo que se hace por vanidad, se pierde.

P.- ¿Qué son el engreimiento y la vanidad?

Son lo peor de los males en cuanto a una relación correcta en los centros.

¿Cuás es la razón de ello?

La razón es que la falsa personalidad está compuesta de vanidad y ni sus fantasías irreales ni los “yoes” inventados pueden ponerse en conexión con el YO-REAL

P.- ¿De qué nos separa la vanidad?

La vanidad nos separa de todo lo que es real en nosotros porque es irreal. Por eso impide todas las conexiones interiores reales. Un hombre puede lograr la momentánea recompensa de la vanidad pero, al no sentir nada real, ES PRECISO QUE SIGA PRODUCIENDO EFECTO.

Nada puede crecer de la falsa personalidad salvo un aumento de invenciones de sí. Un incremento de la falsedad.

La vanidad al provocar manifestaciones de sí incesantes, innaturales, exteriores, produce cierta formación o sustancia psíquica que rodea la vida interior de una persona y la encierra en algo así como “UNA PRISIÓN” que se fabrica cotidianamente.

Una persona llega a encerrarse en sus imágenes-vanidad y luego, al cabo de un tiempo, no puede ponerse en contacto con nada que no sea real, por más que lo desee.

Sus propias creaciones, sus propias posturas, fingimientos y la absorción de sí que ha alimentado con tanto empeño, la hacen importante y le imposibilitan comprender o ser cosa alguna.

P.- ¿Por qué no somos capaces de ponernos en la posición de otros?

Deberíamos ser capaces de ponernos en la posición de los otros, pero es imposible debido al factor de la vanidad pues, al admirarse sólo a sí mismo, cada uno se cree mejor que los otros y ello produce no solo impresiones y resultados equivocados internamente, impiden cualquier profundización en el hombre o la mujer.

El trabajo enseña también que por medio del terrible poder de la vanidad, el fingimiento, de la afectación, NOS ATRIBUIMOS toda clase de cualidades, capacidades y valores que no poseemos en absoluto.

Es preciso que el trabajo deshaga en una persona este orden de cosas.

Creemos poder ayudar a los otros cuando no somos capaces de ayudarnos a nosotros mismos.

Creemos poseer un mérito o valor extraordinario cuando en realidad no lo poseemos en absoluto.

Nos imaginamos que nos conocemos a nosotros mismos y que somos capaces de hacer. Nos creemos capaces de devoción, etc.

Lograr discernir la vanidad en nosotros mismos – esto es, en este imaginario pseudo-lado, es empezar a liberarse.

Este logro es a la vez AGRADABLE Y PENOSO.

Una parte se alegra. Otra parte sufre.

Basta considerar la inacabable esclavitud a que nos vemos impelidos por la vanidad, tanto en uno mismo como en relación con los otros, inventándose uno mismo e inventando la relación que se tiene con el otro.

Cuando se piensa en el significado de la libertad es preciso preguntarse: “¿liberarse de qué? ¿de qué quiero liberarme?

P.- ¿Qué despierta la sed de venganza?

Todos sabemos que el “insulto” despierta la sed de venganza y no se preocupa en absoluto por la cancelación.

Porque, debido a ello cancelar significaría matar al otro…  Y NO VER LA MISMA COSA EN UNO MISMO.

P.- ¿La venganza es dulce?

Un  punto de vista limitado, procura mucho más satisfacción.


LA VENGANZA ES DULCE. EL TRABAJO PSICOLÓGICO NO LO ES.

Ir en contra de “uno mismo” nunca es dulce.

Cuando una persona se identifica de esa manera en lugar de SEPARARSE, cada uno de esos “yo” le sugerirá que diga esto o aquello, que escriba o se comporte de esta o de otra manera.

Pero a dicha persona le parecerá que es ella misma la que piensa todo esto.

P.- ¿Qué desea la vanidad?

La vanidad desea que me exhiba, que sea importante.

P.- ¿Cuál puede ser un rasgo que distinga al orgullo de la vanidad?

El orgullo hace que uno se avergüence de no conocer algo, mientras que la vanidad hace que pretenda conocerlo.

P.- ¿La vanidad produce la justificación de sí?

Es así, la vanidad produce la justificación de sí, es una expresión de defensa de la falsa personalidad.

P.- ¿Cuás es la causa de todos los malentendidos que surgen en el mundo interior del hombre?

La causa fundamental de casi todos los malentendidos que surgen en el mundo interior del hombre, así como en la vida común de las gentes, se debe ante todo al núcleo psíquico que se forma en el ser del hombre en edad temprana debido a una mala educación, y cuyo estímulo da nacimiento en él a los impulsos de la vanidad.

Debemos hacernos el propósito de destruir implacablemente cada manifestación de este factor que obstaculiza todo desarrollo e impide toda genuina y verdadera relación con la propia vida interior, en el armonioso arreglo del cual depende toda verdadera felicidad.

P.- ¿Qué es la FANTASÍA?

En nosotros la vanidad es una fuerza espantosa y la fantasía es la poderosa constructora que echa los cimientos de la vanidad

Maurice Nicoll

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