LA OBSERVACION DE SI – PARTE VIII –
LA OBSERVACION DE CIERTOS "YOES"
Cada aspecto de la enseñanza del Trabajo se vincula con
otro aspecto.
El conjunto de nuestro modo de ser psicológica esta
interrelacionado de una manera muy complicada, lo mismo que en nuestro cuerpo
físico en estado de salud normal cada órgano está vinculado a otro órgano.
Por ejemplo, nuestro hígado, nuestro estomago, nuestro
corazón, nuestros riñones, todos están vinculados entre sí.
No se puede sacar el corazón fuera de la esfera de
nuestro cuerpo y estudiarlo separadamente de por sí.
Una cosa depende de la otra.
En otra escala, la Tierra depende del Sol y el Sol es un
pequeño miembro de la Galaxia.
Por eso cuando una persona intenta modificar algo en sí
misma, siempre encuentra dicha cosa ligada a alguna otra cosa.
Hay en nosotros conexiones muy profundas que se remontan
en nuestro cuerpo-Tiempo casi al comienzo mismo de nuestra vida.
Por lo tanto no cabe decir arbitrariamente:
"Voy a cambiar esto o aquello en mí mismo."
Vera que si intenta cambiar esto o aquello en si mismo
tiene que cambiar además otra cosa.
Por eso ¿qué podemos cambiar en nosotros mismos?
¿Somos simplemente una maquinaria de asociaciones
mecánicas —es decir, estamos predeterminados o existe la posibilidad de cambiar
o al menos de modificar algo de modo tal que nos convirtamos en algo diferente
de lo que somos?
Ahora bien, el Trabajo enseña que ciertos
"Yoes" en nosotros mismos son inútiles para nosotros.
Por ejemplo, el Trabajo dice sucintamente, que se puede
cambiar los "Yoes" pertenecientes a la Falsa Personalidad sin peligro
de dañarnos.
Las gentes tratan de cambiar su dieta, sus hábitos
físicos y todo lo demás, pero sin resultado alguno.
En este caso la formulación suprema desde el punto de
vista del Trabajo es que se pueden transformar las impresiones entrantes.
Esto es llamado dar el Primer Choque Consciente a la
maquina.
Se pueden recibir las impresiones de modo diferente y, el
Trabajo agrega, si se empieza a trabajar aquí, si se toman las impresiones
conscientemente, en vez de hacerlo mecánicamente, uno no se hace daño a sí
mismo.
Como es sabido, este Trabajo se inicia en el lado
psicológico.
Un hombre puede decir:
"Desde hoy voy a pasar hambre."
Empieza por el mal lado.
¿Por qué?
Porque su psicología no cambiara.
No hay razón alguna en imponerse un ascetismo casi
completo.
Como es sabido, el propósito en el Trabajo ha de ser
inteligente y debe dirigírselo a algo que ha sido observado y de lo cual uno se
ha separado.
Para ilustrar lo que se ha dicho, retomemos una vez más a
la doctrina de los "Yoes" en el Trabajo.
Cuando uno se encuentra con un hombre que no puede
soportar, casi siempre se debe a que se es lo mismo que él, con la salvedad que
no se tiene conciencia de ello.
Este sentimiento absolutamente imaginario de
"Yo" sobre el cual descansamos no es el sentimiento de "Yo"
que se logra después de pasar varios años en el Trabajo.
¿Por qué?
Porque ese "Yo" Imaginario se dividirá en
muchos "Yoes" diferentes.
A no ser que se lleven esos "Yoes" a la
conciencia, permanecen semiconscientes o hasta inconscientes y pueden actuar
sobre nosotros de tal modo que nos sea imposible tener la mínima confianza en
nosotros mismos.
Ahora bien, tal como dije, al tratar de ver los
"Yoes" en uno mismo, es preciso notar cuando se critica a otra
persona muy vivamente.
Se puede tener la certeza que dicha persona, a quien se
ve con los sentidos externos, representa un "Yo" en uno mismo del
cual todavía no se tiene conciencia.
Dije una vez, como una suerte de analogía o parábola, que
si pasáramos al mundo espiritual —sea cual fuere su significado— veríamos
probablemente un hombre a quien no podríamos tolerar.
Un ángel diría: "¿Sabéis quien es este hombre?"
Y la respuesta seria: "Sois vos, a quien nunca habéis
visto y nunca intentado ver mientras estuvisteis en la Tierra."
A veces nos encontramos en sueños con una persona a quien
no podemos soportar y con quien nos querellamos.
Por regla general es un "Yo" en uno mismo que
no se observo.
Por lo tanto, la tarea que nos imponemos es la de hacer
que esas partes en tinieblas que están en nosotros mismos sean más conscientes
—a saber, esos lados de nosotros mismos, semiconscientes o inconscientes.
Hemos de llegar a tener una mucho mayor percepción de
nosotros mismos en lugar de dar por supuesto lo que somos.
Hemos de comprender prácticamente, mediante una
experiencia directa, que no somos una persona sola sino muchas y que ese
"Yo" Imaginario que imaginamos ser no existe en realidad en absoluto.
Ahora bien, puede que desee ser una persona diferente de
lo que soy.
Este sería un excelente propósito, desde luego, pero ¿sé
acaso lo que soy?
Como dije, todo está en nosotros interrelacionado.
Me pregunto ¿por qué no puedo ser feliz?
¿Por qué cuando estoy de buen talante, las otras personas
parecen no simpatizar conmigo o no logro reciprocidad alguna?
Ahora bien, supongamos que después de muchos años en el
Trabajo tengo una conciencia mucho más aguda de los "Yoes"
desagradables, de los "Yoes" que todo lo censuran, de los
"Yoes" mezquinos, de los "Yoes" celosos, de los
"Yoes" envidiosos —supongamos que tengo una percepción cada vez más
aguda de tales "Yoes" en mi mismo, ¿creen que tengo alguna
posibilidad de ser menos desdichado?—.
Ciertamente. ¿Por qué?
Porque ya no tengo más el mismo sentimiento de
"Yo" que tenía antes.
En efecto, empiezo a darme cuenta que todo cuanto critico
en los demás lo tengo en mi mismo.
¿No es acaso curioso pensar en el "Yo"
Imaginario que se jacta, se encarece, y no es igualmente extraordinario pensar
como las gentes andan por el mundo ostentando esta suerte de lozanía e
intentando establecer relaciones los unos con los otros?
Ahora bien, la transformacion de impresiones, que es el
Primer Choque Consciente y que de acuerdo con la enseñanza del Trabajo es algo
que podemos realizar sin daño alguno para la maquina, está respaldado entre
otras cosas por la idea de que no hemos de tomar lo que nos sucede en la vida
segun nuestro acostumbrado modo mecánico.
Entre la recepción de las impresiones y la reacción que
habría de surgir mecánicamente, interviene la conciencia y este es todo el
secreto.
¿Ha estudiado cuantas impresiones entrantes —a saber, lo
que la gente le dice, en qué forma lo consideran, como se comportan hacia
usted— caen sobre la Falsa Personalidad y por lo tanto son recibidas por la
parte negativa del Centro Emocional?
¿Ha intentado impedirlo alguna vez?
Pues bien, no lo podrá hacer a menos de haber observado y
visto en sí mismo que habla y se comporta también de la manera que critica en
los otros.
Trate de recordarse a sí mismo —es decir, de transformar
las impresiones— sin recurrir al trabajo previo de observar en usted los
diferentes "Yoes", que es puramente teórico.
Ha de ser capaz de traer en sí mismo la misma cosa que
critica en los otros.
Esto es para nosotros, al nivel en que estamos, la forma
suprema de darnos el Primer Choque Consciente.
El aspecto mágico de la auto-observación es el de dejar
pasar un poco de tiempo antes de reaccionar a las Impresiones entrantes.
Maurice Nicoll
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