OBSERVACIÓN DE SÍ Y PERCEPCIÓN DE SÍ.
EL RECUERDO DE SÍ.
P.- ¿Qué diferencia hay entre Observación de sí y
Percepción de sí?
R.- Mediante la Observación de sí se llega a tener
conciencia de que el estado ordinario es el de estar identificado, preocupado,
trastornado y en un sentido general el estar siempre bajo el imperio de
emociones negativas.
Si me observo a mí mismo, estoy observando algo llamado
”mi mismo” que antes daba por supuesto, pero si practico la percepción de sí,
no sólo me estoy observando a mí mismo sino que intento sentir mi yo como algo
aparte de mis reacciones a la vida.
El trabajo dice que nuestros centros inferiores, el
intelectual, el emocional, el sexual, el motor y el instintivo, deben estar
limpios de la falsa personalidad antes que pueda establecerse el contacto con
los centros superiores (el intelectual superior y el emocional superior), para
que así las profundas y poderosas fuerzas llamadas centros superiores puedan
ayudarnos de una manera correcta.
Se dijo en cierta oportunidad: “desde un punto de vista
este trabajo es, ante todo, la preparación de los centros inferiores
(intelectual, emocional, motor, instintivo y sexual), para que puedan recibir
las influencias de los centros superiores (intelectual superior y emocional
superior).
Deben comprender que sólo con la ayuda de los centros
superiores una persona puede ser realmente cambiada en esencia.
Ahora bien el centro emocional es el que está
especialmente preparado para recibir al
centro emocional superior y por esta razón El Trabajo hace tanto hincapié y
repite constantemente la necesidad de no identificarse con las emociones
negativas.
No se puede alterar las emociones negativas sin verlas
mediante la observación y no se puede
cambiarlas excepto no identificándose con ellas.
Si se practica la no identificación con las emociones
negativas, el no dejarse arrastrar por ellas, el no gozarlas, aunque sigan
existiendo, ALGO en nosotros se ha separado gradualmente de ellas, que es lo
que puede recibir las importantes influencias de los centros superiores.
Aquello que se ha separado de nosotros es PURO – es
decir, nada tiene que ver con la falsa personalidad.
Entonces el centro emocional experimentará un cambio
gracias a esa separación y será tocado con un fino sabor interior antes que las
terrenas emociones negativas se retiren por completo y aparezca una serie de
emociones mucho más excelentes y encantadoras que las fáciles emociones de los
estados negativos que satisfacen a la gente a todo lo largo del día, hecho que
las hace pertenecer al mundo de la humanidad dormida y mecánica.
Así se comprende que todo este trabajo se ocupa de que lleguemos
a ser más conscientes.
Los hombres y la mujeres que no tratan de ser conscientes
son mecánicos.
Vemos por doquier lo que resulta de ello.
Por medio de la observación de sí buscamos ascender a un
nivel más elevado de conciencia
Por medio de la observación de sí se empieza a entender
que se está dormido y no despierto, al tratar de ascender a un nivel más
elevado de conciencia se aprende mucho sobre la idea general de los niveles que
son la parte principal de la enseñanza que estamos estudiando aquí.
Tratamos de encontrar otro nivel de nosotros mismos.
Buscamos un comportamiento más consciente por medio de la
observación de sí.
Llegamos a darnos cuenta, por ejemplo, que nada que tenga
que ver con el tercer estado de conciencia caracteriza nuestro estado ordinario
y que, al contrario, el estar siempre identificado, preocupado, trastornado, en
un sentido general el estar siempre bajo el imperio de las emociones negativas
es lo que caracteriza nuestro estado ordinario.
Hay en nosotros centros de un orden mucho más elevado que
los que conocemos habitualmente.
Pero cabe destacar que sólo nos podemos comunicar con
ellos en el tercer estado de conciencia y no pueden llegar en el segundo estado
de conciencia en el cual pasamos nuestra vida corriente y al que caracteriza la
ilusión de estar plenamente despierto y siempre actuar y hablar conscientemente
y siempre saber exactamente lo que se está haciendo.
Hemos de despertar de esta ilusión por medio de la
auto-observación.
Durante muchos años debemos observar que no somos
conscientes de lo que hacemos o decimos, que estamos siempre en un estado de
continua identificación con todas las cosas, que carecemos de un sentimiento
interior permanente de nosotros mismos y reaccionamos mecánicamente a los
efectos que nos producen los sucesos de la vida.
Reaccionamos. No actuamos.
Somos mecánicos, no conscientes.
El Trabajo, así como toda la enseñanza esotérica, afirma
con énfasis:
“Un hombre que vive y muere en un estado de sueño no ha
comprendido en absoluto cuál es la cosa más importante por la cual ha de
luchar”.
P.- ¿Qué puede construir El Recuerdo de Sí?
R.- Una persona puede por medio del Trabajo construir
ALGO que lo rodee, de tal modo que al cabo de un tiempo pocas cosas o quizá
nada pueda atacarla.
Se lo logra por medio de cierta forma de Recuerdo de Sí.
Si una persona no lo tiene en sí perderá fuerza en cada
evento.
En los días de la antigüedad se lo llamaba EL SELLO
HERMETICO.
Se decía en un antiguo libro que los discípulos se
sellaban todas las mañanas y esto significa, desde luego, que deben recordarse
a sí mismos a todo lo largo del día.
El verdadero propósito del Trabajo es el de despertar, y
sólo a través de la auto-observación y del Recuerdo de Sí se puede despertar
realmente en la vida, poniéndonos en contacto con los centros superiores o del
Ser Interno o Hombre o Mujer Superior.
El Trabajo enseña que el significado inmediato del
Recuerdo de Sí es el de proveer un mejor alimento para todas las células del
cuerpo.
Por el contrario, el identificarse con todas las cuitas
de la vida, el ser negativo, pesado, celoso, desconfiado, desdichado, y así
sucesivamente, que significa la ausencia de Recuerdo de Sí, es un mal alimento
para todas las células del cuerpo.
Un acto de Recuerdo de Sí en medio del tumulto de la
vida, otorga nueva fuerza.
El cuerpo se siente más ligero, porque entonces las
células que componen el cuerpo reciben un nuevo alimento
-una clase de alimento superior a las vitaminas-.
Las relaciones del cuerpo con el estado en que uno mismo
se halla, esto es, el propio estado psicológico, son muy íntimas.
Un estado negativo de depresión, un estado de
preocupación, un estado de ansiedad, producen un estado dañoso para el cuerpo.
El trabajo enseña que las relaciones entre el cuerpo y la
mente son muy finas, sutiles y definidas.
Los malos estados de la mente, en especial las malas
emociones – tales como las mezquinas auto-emociones, la antipatía, el aburrimiento,
etc.- retardan el correcto trabajo de las células del cuerpo.
Por eso, el Trabajo enseña que el esfuerzo de trabajar
sobre sí mismo, de captar el propio comportamiento en un momento dado y
transformarlo por un acto de recuerdo de sí cambia la química de las células
del cuerpo.
El hombre puede estar muy dormido en la vida aunque
parezca muy ocupado.
El hombre puede estar despierto en la vida aunque parezca
muy ocupado.
Los resultados son totalmente diferentes.
Cuando hay una observación de sí imparcial a uno mismo
nos permite hacer crecer la Memoria-Trabajo.
Así logramos “pequeños instantes” de comprensión de
nuestra mecanicidad.
Esos pequeños destellos que nos permiten darnos cuenta de
nuestra propia mecanicidad en forma directa y no en teoría, esos momentos que
nos permiten apreciar que uno se ha comportado de esa manera muchas veces antes
son en realidad momentos de Recuerdo de Sí…
…Algo se separa de la máquina por un momento y está fuera
de la máquina por un momento, y es precisamente ese estar fuera de la máquina
lo que procura el sentimiento de Recuerdo de Sí y en verdad nos da un ligero
sabor de nuestro Real Ser.
Porque en verdad a Él si habría que recordar si se
puediera.
Es un instante de plena observación y que somos
concientes de que estamos separados de la máquina; de que somos conscientes de
que estamos examinando la máquina a la cual por costumbre estuvimos
identificados.
El Recuerdo de Sí es el comienzo de la senda vertical que
nos conduce hasta nuestro Real Ser (Nuestro Padre Interno).
El Acto de Recuerdo de Sí nos saca momentáneamente de la
vida. Pero de ordinario somos arrastrados como un canal de molino y no hacemos
intento alguno de separarnos.
No nos sentimos distinto de “ello” con todos sus eventos
que transcurren como una “cosa tras otra”.
En el pleno Recuerdo de Sí el sentimiento de yo es sacado
de la maquinaria de los “yo”.
Cuando se está en ese estado se puede ver el obrar de la
maquinaria de los “yo” que marcha debajo de uno como una imprenta.
Se asombra uno de haberla tomado por uno mismo.
Luego uno se identifica – y de nuevo se vuelve a ser lo
que era.
La última cosa que recordare brevemente es que si usted
se llama Fulanito de Tal tiene que observar a Fulanito de Tal y ser cada vez
menos Fulanito de Tal.
Al presente Fulanito de Tal es su mayor enemigo.
Aun cuando esté cubierto de condecoraciones y rodeado del
aplauso del mundo.
Cuando un hombre se Recuerda a sí mismo trata de no
identificarse con su personalidad.
Busca otro sentimiento y sentido de sí mismo.
Busca no conocerse a sí mismo, por así decir – sino
VACIARSE de sí mismo.
Se hace pasivo.
Desea recibir ALGO que hasta ahora no le fue otorgado.
Trata de elevarse por encima de sí mismo-
Por encima del griterío interior de las emociones
negativas, los agravios, los temores, los sentimientos recelosos, las
agitaciones profesionales y de negocio, por encima de las extrañas vanidades y
engreimientos y de la falsa valoración de sí, y cabe añadir, la falsa
valoración de los otros.
Intenta distinguir algo en sí mismo que no es ninguna de
estas cosas ni mil otras cosas similares creadas por la vida en él.
Maurice Nicoll
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