LAS EMOCIONES QUE CIERRAN
Con respecto al Centro Emocional y su poder sobre
nosotros para el bien y el mal.
Hemos hablado la última vez como un cambio de emoción
puede cambiar una situación cualquiera.
Como ejemplo, nos ocupamos de los celos.
Una oleada de celos cambia todo al instante.
Ocurre como si una puerta se cierra de golpe dentro de
nosotros y deja fuera todo lo placentero.
Hablando psicológicamente, estamos ahora en una prisión.
¿No ven ustedes como por doquier, en cualquier lugar del
mundo en todo momento, puertas similares se cierran de golpe y millones de
personas se encierran en una prisión?
El goce de los celos nos ciega al parecer y nos impide
ver el lugar donde nos encierra y pesa más que todas las incomodidades de la
prisión.
Posee el atractivo fatal del licor, y sus efectos suelen
ser igualmente destructivos.
Sin freno alguno —esto es, identificándose al extremo—
anuda y retuerce la madeja de la vida y sus efectos son a veces irreparables.
El rostro de aquellos que se abandonaron libremente a los
celos en el pasado son a menudo horribles y siempre desagradables.
La emoción no hace por cierto a la gente más bella. Pero
se puede llegar a una etapa en la que se ruega ardientemente —y tanto— SER
LIBERADO.
En esta etapa ya no se goza más de la emoción.
Lo que aquí ayuda es una creciente conciencia de la
prisión y su escualidez, y por cierto la mugre de toda la condición de ser
celoso.
Todo progreso en el desarrollo emocional está marcado por
el disgusto de las emociones anteriores.
La emoción, el sentir el disgusto de los celos; el goce
de estar libre de ellos y su malvada cárcel, puede llegar a ser lo bastante
fuerte como para dominarlos.
Porque es sabido que una emoción solo puede ser
conquistada por otra y mas fuerte emoción.
El Centro Intelectual no lo puede realizar por sí mismo.
El razonamiento suele ayudar, pero no es suficiente.
¿Cuáles son las clases de celos que se pueden observar y
arrastrar lentamente, por así decir, luchando como serpientes, a la luz de LA
CONCIENCIA QUE LAS MATA?
Estos son los celos del sexo.
Esto nos lleva a la cuestión de la relación de los celos
con la violencia.
Entre los animales en el momento del celo los celos y la
violencia coexisten.
Los machos intentan matarse unos a otros.
Luego hay los celos de la ambición.
Por ejemplo, los hombres que buscan empleo pueden estar
intensamente celosos unos de otros, y la rivalidad suele llevar al crimen, como
nos los muestra abundantemente la historia.
Luego hay los celos de las posesiones —la casa más
grande, el coche más amplio, más joyas, el lujo insolente—.
A primera vista no parece llevar tan fácilmente a la
violencia, pero donde tiene que ver con el dinero, no deja de hacerlo.
Asimismo hay otra clase de celos.
Ahora bien, el Trabajo enseña que todas las emociones
negativas llevan por ultimo a la violencia, y los celos son una emoción
negativa.
Diré simplemente que todos los estados negativos nos
llevan al infierno y dejan fuera todo lo demás.
Las influencias que descienden por el Rayo de Creación y
son recibidas por los Centros Superiores, capaces de cambiarnos, no pueden
pasar.
Ahora bien, si no se cree en otra cosa, se puede admitir
que a veces se está en un mejor estado y otras en uno peor.
Sabemos que hay estados mucho peores que los que
experimentamos comúnmente.
Se puede experimentar el infierno en la tierra de muchas
maneras, externa e internamente.
Esto, lo repito, debe admitirse aunque no se crea en cosa
alguna, y para aquellos que tienen dificultades con su negativa interior y
alimentan torpes dudas puede dar lugar a un punto de partida que esta mas allá
de toda discusión en lo que respecta a la recepción del Trabajo.
Ahora bien, ponerse a limpiar los establos de Augias de
las emociones negativas haciendo correr el rio de la verdad de la enseñanza del
Trabajo es dar prueba de una verdadera inteligencia.
Y, claro está, esta tarea nos hace ver un ángulo
completamente nuevo sobre la vida y lo que se tiene que hacer.
Los resultados, hablando idealmente, estriban finalmente
en erradicar la violencia; porque todas las emociones negativas conducen a la
violencia y se arraigan en ella.
Nadie puede elevarse en la escala de ser a menos de dejar
la violencia tras sí.
En el propio desarrollo la violencia debe eventualmente
desaparecer.
DR. MAURICE NICOLL
ENSEÑANZAS DEL CUARTO CAMINO
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