LA ORACIÓN
La oración ha sido a través del tiempo y dentro de las
doctrinas religiosas, mal interpretadas y sobre todo mal comprendidas.
A consecuencia del uso que se hace de la oración, en
público o en privado y de la errónea interpretación de su finalidad, muchos la
consideran una práctica infantil e inadecuada para hombres y mujeres
inteligentes
La oración no es un descubrimiento reciente, ni para uso
exclusivo de personas o religiones determinadas, sino que existe desde la
creación del hombre, siendo la oración UNA FORMA DE COMUNICACIÓN CON DIOS.
Los Maestros y Sabios de todos los tiempos y culturas,
pasan largas horas en meditación y profunda oración con el Espíritu Universal
de Vida.
Tomás de Kempis, nos dice sobre la oración:
"Incluso si en todo acontecimiento no te ciñes a las
solas apariencias externas, ni atiendes únicamente a lo que oyes y ves según te
dictan los sentidos, sino que en cualquier circunstancia TRATAS DE RECOGERTE cual otro Moisés en su recámara para pedir consejo al Señor, te será dado
algunas veces oír la respuesta divina y saldrás instruido acerca de muchas
cosas presentes y futuras.
Porque siempre recurrió Moisés a su recámara para
resolver sus dudas y dirimir los litigios que se originaban, y tenía su refugio
para ponerse a cubierto de los peligros y maldades de los hombres.
De igual suerte debes tú refugiarte en el santuario de tu
corazón, implorando con mayores instancias la decisión de Dios".
La oración es el alimento espiritual del Alma. Las
oraciones son poderosas corrientes espirituales que elevan la mente y nos ponen
en contacto con el almacén inagotable de Energía Cósmica cargándonos de poder,
energía, luz y fortaleza.
Debemos volvernos introvertidos, dirigiendo nuestra
plegaria hacia dentro, buscando dentro de nuestro interior a nuestro Padre, y
con súplicas sinceras podemos hablarle, debemos ser muy naturales y simples al
dirigirnos a Él.
La oración no necesita inteligencia ni elocuencia
elevadas, unas cuantas palabras de un Alma humilde y pura, llamarán al Señor
más que las palabras elocuentes de un orador.
Él sabe lo que queremos decir, incluso si nos equivocamos
al rezar, pues Él entiende el idioma de nuestro corazón.
Cualquier oración que nosotros realicemos es válida, lo
importante y primordial es la FE con que se realice.
La FE y el CARIÑO son una llave mágica para atraer a las
Divinidades o para llamar a un Maestro, si fallara cualquiera de estos dos
factores, no habría fuerza, no habría convicción, por ello que es necesario
adquirir una FE inquebrantable.
La oración debe ser un anhelo que se sienta en el Alma,
orar es sentir, y no lo dicen los labios, por esto, las oraciones dictadas por
la FE, son siempre oídas, porque FE es sentir y sentir es crear.
La oración es lo que se siente, por eso debemos vigilar
no sólo nuestros pensamientos, sino también nuestros sentimientos, ya que
cuando experimentemos aversión por una persona, es mejor no orar ni pedir por
ella, porque así la perjudicamos, debemos de transformar esa aversión en amor
para que nuestras peticiones surtan efecto.
Mahatma Gandhi, alaba la plegaria, esta tiene una
poderosísima influencia.
Si la plegaria es sincera y si procede de lo hondo del
corazón, derretirá enseguida el corazón del Señor.
¡Cuán misericordioso y lleno de Amor es El Señor!
Jesucristo dice del poder de la oración:
"Pedid y se os darán, buscad y encontraréis, llamad
y se os abrirán, porque el que pide recibe, y el que busca encuentra, y el que
llama le abren. ¿O habrá entre vosotros algún hombre, a quien su hijo pida pan,
y le de una piedra? O si le pide pescado, ¿acaso le dará una serpiente? Y si
vosotros que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta
más razón vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le
piden".
La oración no debe de ser para obtener bienes terrenales
ni placeres celestiales, sino para obtener su gracia, "¡Hágase tu
voluntad, Señor!, Esa debe ser vuestra oración.
Jesucristo dice "Buscad primero el reino de los
cielos y su justicia, y todas las cosas se os darán por añadidura, porque bien
sabe vuestro Padre Celestial que tenéis necesidad de todas ellas".
"Cuando orares, no seas como los hipócritas, porque
ellos gustan de orar en la sinagoga y en las esquinas de las calles para ser
vistos y oídos por los hombres..." "Mas tú cuando orares, entra en tu
cámara y cerrando la puerta, ora a tu Padre en secreto y tu Padre, que ve en
secreto, te recompensará en público." "Y al orar no hagas vanas
repeticiones como los gentiles".
Este entrar en la cámara y cerrar la puerta, debemos de
verlo también como interiorización, cerrando las puertas a lo externo y
concentrando nuestro pensamiento en el Ser.
La oración ha de volverse habitual.
Si rezamos diariamente, nuestra vida cambiará y mejorará.
La oración es el milagro por el cual el poder de Dios
fluye a través de las venas del hombre.
Por consiguiente, arrodillémonos y recemos, alabemos el
amanecer de cada día por concedernos uno nuevo, y despidamos al Sol que se pone
con una oración de agradecimiento por haber recibido su gracia, y así nuestra
vida será bendecida.
De nada sirve pedir trabajo si uno no sale a la calle a
buscarlo, o que pidamos un premio en la lotería, si ni siquiera compramos un
décimo.
De nada sirve pedir que a uno le eliminen los defectos psicológicos,
si no hace nada por analizarlos, reflexionarlos y comprenderlos, por entender
sus facetas y manifestaciones.
Tenemos que sacrificar algo también, tenemos que trabajar
para conseguir lo que queremos. "A Dios rogando y con el mazo dando".
"ORA ET LABORA".
"Se os enseñó el PADRE NUESTRO precisamente para que
aprendierais a conversar con vuestro Dios interior, y, sin embargo, andáis
buscando subterfugio dentro de las escuelas, ¡Qué necios sois!
¿Creéis vosotros acaso, que vosotros podéis saber más que
Dios si vosotros comprendierais el poder mágico del PADRE NUESTRO... Si
vosotros entendierais lo que significa esa gran dádiva de Dios entonces
diríais: Dadme de beber, Señor dame de beber.
Y Dios os daría de beber de esa fuente de vida eterna, y el
que bebe de esa fuente nunca volverá a tener sed. Un PADRE NUESTRO bien orado,
lleva por lo menos una hora.
Hay que cerrar los ojos y apartar la mente de las cosas
externas, adormecerse un poquito, y luego enfocar la mente en el INTIMO,
adorando al INTIMO, y meditando profundamente en cada palabra del PADRE
NUESTRO, en su contenido conceptual, como conversando familiarmente con el
PADRE que es el INTIMO, el "bienamado" que reside dentro... muy
dentro... en las profundidades de nuestro corazón...
Así es como podemos conversar con el Maestro Interno, y
después de cierto tiempo oiremos su voz, y veremos su rostro, y ÉL nos enseñará
la profunda Sabiduría Divina. Entonces, ¿para qué escuelas? El Maestro está
dentro y nos llama".
E. L.
Texto tomado del "Círculo de Investigación de la Antropología Gnóstica".
Texto tomado del "Círculo de Investigación de la Antropología Gnóstica".
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