viernes, 1 de junio de 2012

LA ORACIÓN

LA ORACIÓN


La oración ha sido a través del tiempo y dentro de las doctrinas religiosas, mal interpretadas y sobre todo mal comprendidas.

A consecuencia del uso que se hace de la oración, en público o en privado y de la errónea interpretación de su finalidad, muchos la consideran una práctica infantil e inadecuada para hombres y mujeres inteligentes

La oración no es un descubrimiento reciente, ni para uso exclusivo de personas o religiones determinadas, sino que existe desde la creación del hombre, siendo la oración UNA FORMA DE COMUNICACIÓN CON DIOS.

Los Maestros y Sabios de todos los tiempos y culturas, pasan largas horas en meditación y profunda oración con el Espíritu Universal de Vida.

Tomás de Kempis, nos dice sobre la oración:

"Incluso si en todo acontecimiento no te ciñes a las solas apariencias externas, ni atiendes únicamente a lo que oyes y ves según te dictan los sentidos, sino que en cualquier circunstancia TRATAS DE RECOGERTE cual otro Moisés en su recámara para pedir consejo al Señor, te será dado algunas veces oír la respuesta divina y saldrás instruido acerca de muchas cosas presentes y futuras.

Porque siempre recurrió Moisés a su recámara para resolver sus dudas y dirimir los litigios que se originaban, y tenía su refugio para ponerse a cubierto de los peligros y maldades de los hombres.

De igual suerte debes tú refugiarte en el santuario de tu corazón, implorando con mayores instancias la decisión de Dios".

La oración es el alimento espiritual del Alma. Las oraciones son poderosas corrientes espirituales que elevan la mente y nos ponen en contacto con el almacén inagotable de Energía Cósmica cargándonos de poder, energía, luz y fortaleza.

Debemos volvernos introvertidos, dirigiendo nuestra plegaria hacia dentro, buscando dentro de nuestro interior a nuestro Padre, y con súplicas sinceras podemos hablarle, debemos ser muy naturales y simples al dirigirnos a Él.

La oración no necesita inteligencia ni elocuencia elevadas, unas cuantas palabras de un Alma humilde y pura, llamarán al Señor más que las palabras elocuentes de un orador.

Él sabe lo que queremos decir, incluso si nos equivocamos al rezar, pues Él entiende el idioma de nuestro corazón.

Cualquier oración que nosotros realicemos es válida, lo importante y primordial es la FE con que se realice.

La FE y el CARIÑO son una llave mágica para atraer a las Divinidades o para llamar a un Maestro, si fallara cualquiera de estos dos factores, no habría fuerza, no habría convicción, por ello que es necesario adquirir una FE inquebrantable.

La oración debe ser un anhelo que se sienta en el Alma, orar es sentir, y no lo dicen los labios, por esto, las oraciones dictadas por la FE, son siempre oídas, porque FE es sentir y sentir es crear.

La oración es lo que se siente, por eso debemos vigilar no sólo nuestros pensamientos, sino también nuestros sentimientos, ya que cuando experimentemos aversión por una persona, es mejor no orar ni pedir por ella, porque así la perjudicamos, debemos de transformar esa aversión en amor para que nuestras peticiones surtan efecto.

Mahatma Gandhi, alaba la plegaria, esta tiene una poderosísima influencia.

Si la plegaria es sincera y si procede de lo hondo del corazón, derretirá enseguida el corazón del Señor.

¡Cuán misericordioso y lleno de Amor es El Señor!

Jesucristo dice del poder de la oración:

"Pedid y se os darán, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirán, porque el que pide recibe, y el que busca encuentra, y el que llama le abren. ¿O habrá entre vosotros algún hombre, a quien su hijo pida pan, y le de una piedra? O si le pide pescado, ¿acaso le dará una serpiente? Y si vosotros que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden".

La oración no debe de ser para obtener bienes terrenales ni placeres celestiales, sino para obtener su gracia, "¡Hágase tu voluntad, Señor!, Esa debe ser vuestra oración.

Jesucristo dice "Buscad primero el reino de los cielos y su justicia, y todas las cosas se os darán por añadidura, porque bien sabe vuestro Padre Celestial que tenéis necesidad de todas ellas".

"Cuando orares, no seas como los hipócritas, porque ellos gustan de orar en la sinagoga y en las esquinas de las calles para ser vistos y oídos por los hombres..." "Mas tú cuando orares, entra en tu cámara y cerrando la puerta, ora a tu Padre en secreto y tu Padre, que ve en secreto, te recompensará en público." "Y al orar no hagas vanas repeticiones como los gentiles".

Este entrar en la cámara y cerrar la puerta, debemos de verlo también como interiorización, cerrando las puertas a lo externo y concentrando nuestro pensamiento en el Ser.

La oración ha de volverse habitual.

Si rezamos diariamente, nuestra vida cambiará y mejorará.

La oración es el milagro por el cual el poder de Dios fluye a través de las venas del hombre.

Por consiguiente, arrodillémonos y recemos, alabemos el amanecer de cada día por concedernos uno nuevo, y despidamos al Sol que se pone con una oración de agradecimiento por haber recibido su gracia, y así nuestra vida será bendecida.

De nada sirve pedir trabajo si uno no sale a la calle a buscarlo, o que pidamos un premio en la lotería, si ni siquiera compramos un décimo.

De nada sirve pedir que a uno le eliminen los defectos psicológicos, si no hace nada por analizarlos, reflexionarlos y comprenderlos, por entender sus facetas y manifestaciones.

Tenemos que sacrificar algo también, tenemos que trabajar para conseguir lo que queremos. "A Dios rogando y con el mazo dando". "ORA ET LABORA".

"Se os enseñó el PADRE NUESTRO precisamente para que aprendierais a conversar con vuestro Dios interior, y, sin embargo, andáis buscando subterfugio dentro de las escuelas, ¡Qué necios sois!

¿Creéis vosotros acaso, que vosotros podéis saber más que Dios si vosotros comprendierais el poder mágico del PADRE NUESTRO... Si vosotros entendierais lo que significa esa gran dádiva de Dios entonces diríais: Dadme de beber, Señor dame de beber.

Y Dios os daría de beber de esa fuente de vida eterna, y el que bebe de esa fuente nunca volverá a tener sed. Un PADRE NUESTRO bien orado, lleva por lo menos una hora.

Hay que cerrar los ojos y apartar la mente de las cosas externas, adormecerse un poquito, y luego enfocar la mente en el INTIMO, adorando al INTIMO, y meditando profundamente en cada palabra del PADRE NUESTRO, en su contenido conceptual, como conversando familiarmente con el PADRE que es el INTIMO, el "bienamado" que reside dentro... muy dentro... en las profundidades de nuestro corazón...

Así es como podemos conversar con el Maestro Interno, y después de cierto tiempo oiremos su voz, y veremos su rostro, y ÉL nos enseñará la profunda Sabiduría Divina. Entonces, ¿para qué escuelas? El Maestro está dentro y nos llama".

E. L.
Texto tomado del "Círculo de Investigación de la Antropología Gnóstica".

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