LA INTELIGENCIA DE LOS CENTROS
Esta noche les expondré algunas notas que he redactado
sobre la inteligencia de los centros.
Algunos de ustedes recordarán lo que se dijo hace mucho
sobre EL TRABAJO EQUIVOCADO DE LOS CENTROS en el Hombre.
Interfieren uno con otro,
emplean energías equivocadas, se ocupan de cosas equivocadas, etc.
El primer paso que hay que dar es observar los centros.
Esto es de hecho la primera cosa enseñada en la
observación de sí.
Es preciso conocer en qué centro se está o qué centro
está interfiriendo, etc.
Esto ha de realizarse eventualmente como una tarea
necesaria.
Es menester estudiar y clasificar y poner orden en la
vida interior.
Todos relacionamos la inteligencia con la estimativa del
significado.
La inteligencia se relaciona con el significado.
Conduce el significado.
Un sentimiento tiene significado.
Un pensamiento tiene significado.
Una sensación tiene significado.
Un movimiento tiene significado.
Todos estos significados son diferentes.
Deseo que consideren esto: ¿acaso la inteligencia y el
significado no están relacionados entre sí?
¿Y la inteligencia no implica una relación con algo a
través del significado?
No veo muy bien cómo se puede ser inteligente en relación
con nada o con lo que carece de significado.
Cada centro nos pone en relación de un modo diferente, a
través de su función particular, con los mundos exterior e interior.
Respecto a lo que nos relaciona con el mundo exterior,
la función del Centro Intelectual como pensamiento, la del Centro Emocional
como sentimiento, la del Centro Instintivo como sensación y la del Centro Motor
como movimiento, son todas funciones por completo diferentes.
Son cuatro clases de inteligencia o CONDUCTORAS de
significado.
Se ve una serpiente, se siente una serpiente, se piensa
en una serpiente y se escapa a una serpiente.
Esto es sensación, emoción, pensamiento y movimiento.
Esto son cuatro significados: cuatro inteligencias que
trabajan conjuntamente.
¿Es posible imaginar la formación en nosotros de un
centro carente de inteligencia?
Sería una extraña noción.
No estaría subordinada a propósito alguno.
Empero en nosotros hay centros, plenamente desarrollados,
a los que no conocemos porque nuestro nivel de inteligencia es demasiado bajo
para comprender la de ellos.
Cabe decir que en este caso no sirven a ningún propósito.
Esto sería cierto salvo por el hecho de que el Hombre fue
creado como un ORGANISMO CAPAZ DE AUTO-DESARROLLO y cuyo crecimiento depende de
que SE PONGA EN CONTACTO con las influencias que descienden por el Rayo de la
Creación (dentro de él mismo) y se SEPARE de todas las formas de pensamiento y
sentimiento que lo mantienen en su actual nivel.
Para que llegue a ser consciente en la inteligencia,
digamos, del Centro Mental Superior, tendrían que penetrar en él formas de
discernimiento, conocimiento y comprensión que son absolutamente
extraordinarias y completamente contradictorias a lo que experimentamos comúnmente.
Ante todo es preciso preparar y desarrollar los centros
inferiores, el intelectual, emocional y el motor-instintivo-sexual, durante
mucho tiempo.
Por ejemplo, debemos aprender a pensar de un modo nuevo y
a apartarnos de ciertas clases de emociones.
Conocen la observación que se hace en el Nuevo Testamento
sobre la "sabiduría de este mundo que es insensatez para con Dios" (I
Co. III 19), y que "el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura" (I Co. II 14).
Una inteligencia superior no es comprensible a una
inteligencia inferior.
Lo superior puede comprender a lo inferior pero lo
inferior no puede comprender a lo superior.
El Centro Mental Superior está en el nivel de la
Inteligencia Divina del Sol y Trabaja con el Hidrógeno 6.
Reflexionen un momento sobre la Tabla de Hidrógenos.
¿Es más "inteligente" un Hidrógeno superior que
uno inferior?
O, para enunciarlo diferentemente, una función como el
pensamiento ¿trabaja mejor con un Hidrógeno inferior o con un Hidrógeno
superior?
Trabajará mejor con un Hidrógeno superior —si puede
resistirlo.
Además, si tomamos los Hidrógenos psíquicos, de los
cuales el más bajo es 48, ¿creen que un centro que trabaja con este Hidrógeno
será tan inteligente como aquel que trabaja con el Hidrógeno 24, mucho más
fino, sutil y rápido?
Por cierto no.
Son Hidrógenos intermedios.
Haremos bien en ATRAER LOS MEJORES HIDRÓGENOS por medio
de la no identificación, tratando de no extraviarnos y de no basar nuestra
inteligencia únicamente sobre lo que nos muestran los sentidos.
Ser inteligente en sentido amplio consiste en buscar las
influencias C.
Ser inteligente es comprender nuestra posición en esta
tierra.
Ser inteligente es buscar la transformación del
significado de la vida cotidiana en nosotros.
Todo esto nos lleva a un significado más elevado,
acrecienta los mejores Hidrógenos en nosotros.
Ello tiene que ver con los diferentes aspectos del
Recuerdo de Sí.
Todos tenemos centros dotados de inteligencia, pero
cuando un hombre posee el Centro Magnético es más inteligente que aquél que no
lo tiene.
Está en un diferente nivel de ser.
No le sorprenderá descubrir la existencia de las
influencias C y que la vida no lleva a ningún lado.
Será mucho más inteligente que los estudiosos y los
profesores.
Esto es lo que significa la inteligencia en el Trabajo
—la posición de una cosa en la Escala de Ser, y las influencias a las cuales
está sujeta en el Rayo.
Abordemos ahora la cuestión que se planteó recientemente.
La cuestión era: Se dice en el Trabajo que cada Centro
tiene su propia inteligencia.
¿Qué significa ello en resumidas cuentas?
Cuando en este sistema se dice que cada centro tiene su
propia inteligencia no significa ello que cada centro tenga la misma clase de
inteligencia.
El Trabajo enseña que los 3 centros son 3 mentes
diferentes y a este respecto dice que estas 3 mentes diferentes han de cooperar
y ayudarse recíprocamente.
Han de ser como 3 hermanos que viven en armonía, cada
cual capaz de desempeñarse bien en una tarea, y cada uno capaz de ayudar a los
otros hasta cierto punto.
Empezaremos tomando cada centro como un todo: el
Intelectual, el Emocional, el Instintivo y el Motor.
Ante todo es preciso establecer para sí que esos centros
tienen mentes muy diferentes.
La mente del Centro Intelectual es muy diferente de la
mente del Centro Instintivo, por ejemplo.
El Centro Instintivo es extraordinariamente hábil.
Se ocupa del trabajo interior del organismo en todo su
millón y un detalles, digiriendo el alimento, sanando las heridas, vigilando la
temperatura, regulando la respiración y los latidos del corazón, y haciendo
que la secreción interna de la glándulas trabaje armónicamente, reemplazando,
rechazando, modificando, incrementando esto o aquello.
Todo este trabajo de regulación está más allá de la mente
del Centro Intelectual.
La capacidad de pensar simultáneamente en todo no es una
característica del Centro Intelectual.
La mente del Centro Intelectual piensa en una sola cosa a
la vez y en el mejor de los casos en dos cosas, pero le es casi imposible
pensar en tres cosas al mismo tiempo.
Además la mente del Centro Intelectual es muy diferente
de la mente del Centro Emocional.
La gente suele decir que las emociones no son lógicas.
Sin embargo las emociones tienen su propia lógica y es
cometer un error pensar que la lógica del Centro Intelectual es la única lógica
posible.
Sentir una situación es una cosa muy diferente de pensar
sobre ellas.
El Centro Emocional puede sentir, por ejemplo, el estado
interior de la otra gente, que está oculto a la mente del Centro Intelectual.
Las emociones pueden hacernos conocer a los otros.
La mente del Centro Emocional hasta llega a ser
clarividente.
Asimismo el Centro Motor tiene una mente que difiere de
cualquiera de las otras.
Emite constantemente juicios de la clase más complicada
que el Centro Intelectual está en la imposibilidad de hacer.
Es capaz de juzgar con exactitud de qué manera y con qué
fuerza se ha de arrojar una piedra a un objeto distante.
Este es un cálculo inteligente.
Se puede sentir dicho cálculo como si corriese por
nuestros músculos.
El cálculo intelectual es de una clase muy diferente y
emplea los elementos del pensamiento intelectual, tales como palabras y cifras.
La inteligencia del Centro Motor, empero, no utiliza ni
palabras ni números aun cuando sea capaz de calcular con la más exquisita
precisión una complicada serie de movimientos que deben producir un resultado
definido.
Maurice Nicoll
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